fusión fría del intelecto
Seguramente tu mayor aspiración en la vida sea y será demostrar a tus amigos de infancia y adolescencia cuan lejos has llegado en la vida. Seguramente, también, para eso pienses que la mejor forma de dejarlos boquiabiertos sea comprarte un pedazo de buga que le quite el hipo hasta al cura de tu parroquia que, mientras te toqueteaba, te decía cuan importante era el valor de la humildad. Sí, de esos que tienen tantos caballos que si lo pusieses en vertical te llevaría directamente a La Luna.
Si eres de esos que ya no se tragan ni una de las trola gubernamentales y estás hasta las gónadas de que los grupos de poder manipulen la información, seguramente eres un conspiranoico y estarás deseando tropezar con cualquier contenido que confirme y justifique ese sentimiento de hastío y repulsa para con las versiones oficiales. Como pasa con las ideas políticas, da igual lo que te argumenten en contra, que siempre pensarás que te están mintiendo; mientras que en cuanto te digan algo que entra en consonancia con tus valores y suposiciones, lo vas a creer a pies juntillas.
Hoy domingo tocaría otra entrega de la fascinante serie dedicada a los jugadores casuales, pero no va a poder ser. Hoy voy a hablar de lo alucinado que estoy con la calidad de mi televisión LCD de 32" y de cómo he descubierto que ya no podré vivir sin la calidad de alta definición que da el Blu-Ray.
Ayer, después de mucho tiempo dejándolo pasar, decidí coger la colección de juegos originales que tenia para la PlayStation 2, junto la consola portátil Nintendo DS y me presenté en la tienda de la franquicia Game del Centro Comercial Siete Palmas.
Ya sé que buscas cualquier excusa para justificar las tardes echado en el sofá, sin dar ni golpe, mientras tu pareja se dedica a preparar la comida de la semana. Ya sé que caulquier cosa a la que te puedas agarrar, para no moverte ni un centímetro, es bienvenida. También sé que lo que quieres es estar rascándote la barriga vegetando delante de tu verdadero amor, la televisión.
Pero por favor, no lo hagas con la serie Dresden File’s.
Hace ya unas semanas comentaba algunas cosillas sobre un tributo a Pink Floyd a base de piano. Mientras escuchaba las adaptaciones para piano de la que fuera una de mis bandas favoritas hace muchos años (las de veces que habré escuchado el álbum The Wall a lo largo de mi vida), me puse a buscar otros tributos y me tropecé con un tributo a Metallica, un tributo a Iron Maiden y un Omaggio Ai Pink Floyd.
Tenía pensado hablar de esta serie documental más adelante, pero dado que parece que hemos tenido una semana algo movidita en cuanto a incidentes aéreos, he adelantado su presentación, para aquel que no la conociera ya.
Mayday es una serie documental producida por terceros y emitida en España -y creo que en todo el Mundo- por National Geographic Channel (el original aquí), que parece tener ya unas cuantas temporadas a sus espaldas.
Hace ya unas semanas leí que Telefónica iba a comenzar a incrementar el ancho de banda de 3 a 6 Mbits, de forma gradual, a todo cristo viviente (pagando 3 € adicionales en concepto de antivirus). Todo “cristo viviente” que ya tuviese 3 Mbits, claro. En mi caso no pudieron actualizar desde 2 Mbits en su momento, así que, teóricamente, tengo (o mejor dicho, tenía) contratado un ADSL de ese caudal a la espera, cuando ellos decidan, de mejorar la infraestructura en la zona donde vivo.
De siempre he querido tener objetivos de esos que llaman ultra gran angulares y, aunque suene muy extraño, los quería, además de para lo típico de este tipo de lentes, para experimentar con retratos.
El objetivo Sigma 10-20 me lo regaló mi mujer con excusa del viaje a Egipto de 2007, antes de pillarme la Nikon D200. Es un objetivo con el que he obtenido buenos resultados, para mi gusto, pese a no ser especialmente rápido o luminoso (se mueve entre una abertura que va desde f:4 a f:5,6).
Sé que es tremendamente inmodesto por mi parte, pero me siento bien por ello: al final han seleccionado la foto de Place des Vosges.
La fotografía me atrajo desde pequeño, cuando veía a mi padre con un trasto pegado a la cara meditando los parámetros de la fotografía. Y luego las largas horas metido en el cuarto oscuro revelando y ampliando, horas que compartí muchas veces con él, estorbando más que ayudando.
Es de suponer que hay algo más que corcho endurecido en el espacio que hay entre tus dos orejas y que, cuando menos, te sorprende, si no te maravilla directamente, lo increíble y fascinantemente variada que se presenta La Madre Naturaleza. Si eres de esos que disfrutan descubriendo cosas que ni se te había pasado por la cabeza que existían, hay multitud de documentales que puedes ver para mantener activa tu red neuronal y mantener vivo tu disfrute por los nuevos conocimientos.