Menos mal que Nietzche asegura que ‘dios está muerto’, porque yo temblaría si se entera que siguen insistiendo en demandarlo. Las veces que en el pasado le hemos tocado mucho las barbas nos reventó con plagas, diluvios y vete a saber cuántas desgracias más de su cosecha. Igual hasta desvía un meteorito para acabar con el planeta de una vez por todas.
Si es que en el fondo somos unos desagradecidos…
Si un simple roedor cae en este estado de pánico y confusión, lo que nos espera es poco halagüeño.
¡El fin del mundo se acerca! Asómate a la ventana y grítalo. Que todos se enteren.
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Haciendo trabajos aquí y allí. Las posesiones y el dinero no te dan la felicidad. Tengo de ambas y lo confirmo.
Éste vídeo hace que me emocione. Me hace sentir mejor conmigo mismo.
El giliñanga que sale en el vídeo tiene web oficial.
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En mi admiración por Sagan. Leyendo esto casi se me saltan las lágrimas.
Anoche pregunté, empujado por el alcohol, a mi familia que cuántos habían visto la serie Cosmos. Solo mi madre, claro, como se espera de una persona inteligente. El resto no sabían de quién les hablaba. Casi se me saltan las lágrimas de impotencia. Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
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Curiosidades de la publicidad inteligente.
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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito.
Anoche estaba medio borracho y preferí dejar a medias la entrada programada para hoy, con la esperanza de no levantarme resacado y poder terminarla antes de salir para el trabajo. Sin embargo he pasado mala noche y he tenido que hacer filigranas para llegar a tiempo a mi puesto de trabajo.
No, no tengo resaca -aunque sí un poco de acidez de estómago- pero media botella de vino seguida de una botella entera de sidra me han tenido sumido en un sueño intranquilo toda la noche.
En ambos casos elegiría el menor número de muertos porque en situaciones de estrés en los que las elecciones y el juicio está ofuscado, es moralmente permisible que alguien elija el menor número de muertos.
Aquí.
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Hace una semana aproximadamente, mientras la chica que iba sentada a mi lado en la guagua leía una novela romántica, yo iba quemando mis retinas en el libro Dinámica de Sistemas, de Javier Aracil y Francisco Gordillo. En un momento dado me tropecé con el siguiente párrafo:
Al considerar el proceso de crecimiento asociado a un bucle de realimentación positiva se indicó que en realidad todo proceso de crecimiento, más pronto o más tarde, se encuentra con unos límites.
No es necesaria una excusa para visitar a mi madre, pero aprovechando que el fin de semana era largo (es bueno empezar la semana con un lunes festivo), comimos en su casa. Como hago cada vez que voy por allí, dediqué un rato para ‘naufragar’ entre las toneladas y toneladas de cosas que poblaban las estanterías de mi habitación y que mi madre ha tenido a bien ir separando con el sano propósito de reciclar (tirar, vamos).
El post de hoy se ha hecho esperar por motivos que solo se pueden explicar cuando un lunes festivo, siendo el que es en Gran Canaria, sigue a un domingo sin dar ni palo, en un fin de semana en que he hecho de todo menos parar delante del ordenador. Bueno, algo he parado, pero más bien poco.
Como quien dice, ahora mismo estoy entrando por la puerta, y he decidido no demorarlo más y ser fiel en mi “uno al día”.