Desde que recuerdo, los jueves han sido el día de expulsiones en la empresa para la que trabajo. Desconozco la lógica que subyace bajo esa decisión, pero algún intento de argumentación, más que proveer argumentos válidos, aduce a lo mejor para evitar un fin de semana de desasosiego a los supervivientes. Algo así como afirmar que la memoria emocional colectiva tiene una duración máxima de 24 horas. Que pasado ese tiempo se acabaron las dudas y el sufrimiento.
Mañana jueves sabremos en qué acaba el culebrón…
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo.
Hace ya unos meses hablaba de lo genial que estaba el complejo de bungalows Dunas Maspalomas y, salvo por tener que soportar las visitas de familiares, era un sitio que merecía la pena porque, al final, el saldo siempre salía positivo. Para mí es un lugar donde recargar las pilas, donde ponerme al día con la lectura y donde broncear ligeramente mi blanquecina piel. Así no es raro que, teniendo el puente de La Virgen del Pino por delante, para lo que pedí el lunes como día de vacaciones, me refugiase nuevamente en ese paraíso terrenal.
Quedan dos días…
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito.
Hace un par de semanas estuvo sulaco nuevamente por la isla. Y, una vez más, quedamos uno de los días para perpetrar una salida fotográfica.
A sulaco lo conozco desde la época de la escuela universitaria, hace más de 15 años ya de eso, y siempre se caracterizó por distorsionar la realidad de una forma que sólo el sabía hacer. Quitando que estuvimos una jartá de años sin hablarnos, curiosamente no porque discutiésemos entre nosotros, sino por mis discusiones con otros miembros del que entonces era un grupo de cinco personas, desde que retomamos el contacto me gusta quedar con sulaco porque, en buena medida, ha conseguido lo que yo nunca me atreví a hacer y siempre he soñado con realizar: trabajar fuera de las fronteras de mi país.
Puede que mi madre no haya sido la mejor madre del mundo, aunque para mí sí que lo es. Cierto que, como persona, ha cometido errores. La gran mayoría diluidos en el olvido y/o perdonados, cuando me tocaba a mí directamente, porque a una madre, si es como la mía, se le debe perdonar absolutamente todo. O casi todo. Porque hay una de esas cosas que hizo que aún no he conseguido perdonarle: que me llevara a ver ‘Tiburón 3’ cuando apenas tenía… ¿cuánto?
A modo de continuación de ‘La meta’, libro que recomendaba hace tiempo, ‘No es cuestión de suerte’ es otra novela empresarial que intenta enseñar a pensar y a utilizar recursos para razonar de forma coherente, intentando que en las empresas no se hagan las cosas simplemente porque otros dicen que se deben hacer así, llevados por la inercia de décadas de utilización en técnicas que quedaron obsoletas en otros tiempos.
¡Joder! Otra vez me he despertado soñando con un tiburón blanco. Les tengo verdadero pánico. Hoy me arrancaba un brazo, el que lleva tiempo doliéndome, pero lograba subir a un bote salvavidas. A medida que se acerca el viaje a Florida son más intensos este tipo de pesadillas. ¿Será premonitorio?
Intentaré dormir otro rato, que hay que madrugar para trabajar. Luego, cuatro días a descansar en un bungalow. A leer y a tomar el Sol.
Hace tiempo que sospecho que padezco algún tipo de desorden obsesivo compulsivo. Alguna especie de pulsión que anula cualquier capacidad de buen juicio que pueda tener. Y de buen juicio sí sé que tengo poco. Aunque a veces creo que se trata, simplemente, de un problema de aburrimiento. En cualquier caso me lo tendré que mirar.
Últimamente me ha dado por leer. Estoy leyendo mucho. Al menos «mucho» para alguien como yo, que lo más que leía eran artículos y libros técnicos.
Desde hace unos días ando intranquilo por cuestiones laborales. Me perturba haber llegado a un estado en el que ando enfadado la mayor parte del tiempo. No me reconozco en ello. Para colmo me tropiezo con estas palabras, atribuidas a Mahatma Gandhi:
Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras. Cuida tus Palabras porque se volverán Actos. Cuida tus Actos porque se harán Costumbre.
Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter.