El burro
Esta entrada ha sido recuperada gracias a Wayback Machine de un blog que mantuve en La Coctelera.
Esta semana la he empezado entregando la carta de despido a una compañera, la única chica que tenemos de momento en la delegación de Las Palmas. Pese a sus circunstancias personales, que podrían significar una absolución, recibió el castigo máximo. No me apené y tampoco me arrepiento de haber consensuado el despido con el resto de responsables en este asunto.