De Eduardo Mendoza no he leído mucho. Los dos primeros de la trilogía del detective innombrado, hace muchos años y que volveré a leer como paso previo a meterme con la tercera de las novelas, y ‘Sin noticias de Gurb’. Éste último no me gustó especialmente. No, ver escrito Eduardo Mendoza en la portada de un libro no suele despertar especial interés en mí. Sin embargo, con esta enfermedad crónica que deriva en consumismo inusitado y que se estimula con los títulos de los libros, se me iban constantemente los ojos al último libro que ha publicado: ‘El asombroso viaje de Pomponio Flato’.
Hay una canción de Sabina que, a marcha de Rock, nos narra el anhelo humano por soñar y vivir otras vidas distintas a la que vivimos. Está en nuestra naturaleza —casi diría que escrito a fuego en algún transposón tramposo heredado de alguna permuta génica con algún virus en la prehistoria— la insatisfacción perenne que nos obliga a buscar más. A desear más. Hasta el que proclama a los cuatro vientos estar plenamente satisfecho con su forma de ser, hacer y estar, desmiente con sus actos tal afirmación con la búsqueda de más y de más, repitiendo —intentando repetir, al menos— y reiterando el esquema de su éxito.
Rivera había llevado a Charlie en coche hasta el restaurante Cliff House, que daba a Seal Rocks, y lo había obligado a invitarlo a una copa mientras contemplaba a los surfistas de la playa. No era Rivera hombre morboso, pero sabía que, si iba allí las veces suficientes, al final vería a algún surfista atacado por un tiburón blanco. De hecho, confiaba angustiosamente en que ello ocurriera, porque, si no, el mundo no tenía sentido, no había justicia y la vida no era más que un ovillo enredado y caótico.
Era obvio que, tras devorar figuradamente la anterior novela de Christopher Moore, lo único que cabía esperar era abalanzarse inmediatamente sobre la mesilla de noche para coger la siguiente. ‘El ángel más tonto del mundo’ (reseña) me dejó tan buen sabor de boca que prefería quedarme en vela toda la noche leyendo que esperar a salir del trabajo para seguir con la siguiente, ‘Un trabajo muy sucio’ y novela responsable -título, más bien- de comprar también la anterior por aquello de que en la portada aparecía «Autor de…»
En economía ese Madrid-Barça se llama sesgo de la confirmación y significa que en la mayoría de las ocasiones sólo estamos dispuestos a escuchar y aceptar aquella información que refuerza lo que ya pensamos. Tendemos a ignorar o menospreciar aquello que nos contradice. Teóricamente el valor de la nueva información es siempre el mismo y, según la teoría del mercado perfecto, las nuevas evidencias son las que sirven para que algunos productos cambien de precio y se alteren las perspectivas de futuro en el mercado.
Y me gusta. Mucho.
Ahora queda convencer a mi mujer y a mí mismo de que merece la pena gastarse el dinero cuando salga a la venta.
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Por último pedir diculpas por el contenido.
He decidido intentar enseñar a mi sobrino algunas ideas de programación de videojuegos. Para ello he optado por familiarizarme con Unity 3d. No desesperen aún, en algún momento de un futuro cercano me reventará el cerebro y esparciré mi serrín mis sesos encima de la mesa.
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Hasta el día de escribir esto, creo no mentir al afirmar que no puede decirse de mí que sea en exceso escrupuloso. Nunca me han afectado las conversaciones escatológicas almorzando, por poner un ejemplo tonto. Sin embargo hay cosas que no me gustan y me desagradan profundamente. En el edificio en el que trabajo, como imagino sucederá en todos los lugares donde comulgan y conviven pocas o muchas personas, sean contadas en unidades, decenas o centenas, los baños suelen ser motivo de escándalo y reflejo de las personalidades que se empaquetan en esos cuerpos supuestamente vivientes y, en muchas ocasiones, difícilmente creíble como pensantes.
Because of the way it is used, iPhone needs to be snappy and expects the same of your application. When your program is launched, you have to get your application open, preferences and data loaded, and the main view shown on the screen as fast as possible—in not more than a few seconds. At any time when your program is running, it may have the rug pulled out from under it.
dbebooks ha muerto, viva Wow! eBook.
¿Quién dijo pirata?
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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo.