unomascero

Dos bandas sonoras para sentir

Hay música que molesta. Hay música que no gusta. Hay música que te acompaña. Hay música que se tararea en el trabajo, ocasionalmente de forma inconsciente. Hay música que se repite; no como el ajo. Y hay música que te hace sentir, que hurga en las entrañas de tus emociones, y que suponen «un antes y un después». Mi biblioteca iTunes tiene mucha música que entra dentro de este último grupo.

'El éxodo de los gnomos' (trilogía)

Ya he confesado en más de una ocasión que me gusta muchísimo la prosa y el estilo de Terry Pratchett. En realidad, hablar de Terry Pratchett es hablar, casi en el noventa y nueve por ciento de los casos, de su serie Mundodisco, que a estas alturas tiene más libros que la Enciclopedia Inglesa volúmenes. Así que, por simple propiedad transitiva, me gusta muchísimo la prosa y el estilo de la serie Mundodisco.

Mis quince minutos de googloria

-¡Coño! ¡El coche de Google!- exclamo mientras toco en el hombro a mi primo Marcos para que deje de monopolizar por una vez la conversación y preste atención. -¿Cómo?- pregunta Víctor, que aún no ha tenido tiempo de reaccionar. Sin parar a concretarle le digo: -¡Hagamos el gili y saludemos! Ver mapa más grande El diálogo es más o menos real. El del suéter rojo soy yo. Lástima que la calidad sea tan mala, pero hagan un ejercicio de imaginación y podrán distinguirme en ese manchón borroso.

Madrid, un mes más tarde

Hace tiempo que no escribo. He leído en multitud de sitios que el motivo para desatender la bitácora es que tienes cosas más interesantes que hacer. Es posible que así sea, no lo voy a negar. Este último mes que he pasado en Madrid ha consumido muchísimo tiempo lejos de un teclado y una pantalla. Principalmente en el aspecto laboral. Aunque también en la vertiente lúdica. Cuando llego al piso apenas dedico tiempo a leer algunos mensajes de correo y poco más.

Un Dios colérico

Y bien, Dios estaba ahí todo el tiempo para lo bueno y para lo malo, generalmente para lo malo, porque se trataba de un Dios colérico, violento, castigador, fanático. Dios era un fanático de sí porque vivía entregado a su causa de un modo desmedido, como si en lo más íntimo desconfiara de la legitimidad de sus planes o de sus posibilidades de éxito. Podríamos decir que era un nacionalista de sí mismo.

La condición de la existencia es la frialdad

[…] Recuerdo sobre todo que el frío no venía de ningún lugar, por lo que no había forma de detenerlo. Formaba parte de la atmósfera, de la vida, porque la condición de la existencia era la frialdad como la de la noche es la oscuridad. El mundo Juan José Millás Booket Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible.

El frío de la infancia

En el principio fue el frío. El que ha tenido frío de pequeño, tendrá frío el resto de su vida, porque el frío de la infancia no se va nunca. Si acaso, se enquista en los penetrales del cuerpo, desde donde se expande por todo el organismo cuando le son favorables las condiciones exteriores. Calculo que debe ser durísimo proceder de un embrión congelado. El mundo Juan José Millás Booket

Para tener éxito, dobla tu tasa de errores

Y es que la gente también suele creer que la invención genial suele llegar en un destello de inspiración, de un plumazo, con un grito de «¡Eureka!». Pero tampoco. Normalmente, la combinación de ideas perfecta no llega enseguida, sino que requiere decenas, cientos o incluso miles de pruebas -y errores. Hay que fracasar mucho de camino al éxito. O como dijo Thomas Watson, el fundador de IBM, «Si quieres tener éxito, dobla tu tasa de errores».

Esclavos de nuestra libertad

Hoy día no estamos bajo estos totalitarismos, sino bajo otro más intangible. El sistema que nos esclaviza es muy, muy sutil: somos esclavos de nuestra libertad, de nuestro sistema libre. Nos hace infelices, pero lo aceptamos porque lo contrario es la no libertad. Rebelarnos contra la democracia y el libre mercado es rebelarse contra nuestra propia libertad. Parecemos encerrados en un laberinto sin salida. El vendedor de tiempo Fernando Trías de Bes Empresa Activa

Crisis de utopías

La economía debe integrar aspectos que vayan más allá de lo convencional. Erich Fromm lo planteó en su momento: «¿Por qué hemos de tener individuos enfermos para conseguir una economía sana?». La economía aguanta (de momento), pero muchos individuos, no. Y no olvidemos que la economía la sustentan, sobre todo, los individuos. ¿Qué está pasando? Se precisa, urgentemente, una utopía para reemplazar a las que se perdieron. Hay crisis de utopías, de eso estoy seguro.