si yo te digo ven tú preguntas dónde

'Simiocracia'

En lo tocante a literatura, terminé el año comentando un cuento gráfico de Aleix Saló, ‘Españistán’ [reseña], y decido que la primera reseña del año corresponda a la última obra del mismo autor: ‘Simiocracia’, con el pretencioso subtítulo «Crónica de la Gran Resaca Económica». Lo compré el mismo día que el anterior porque estaba a dos euros y medio. Vamos, que me llevé las dos obras del autor por menos de lo que te cobran en un pub por dos cañas.

'Las ventajas del deseo'

Han anunciado el tercer título del autor traducido al español y aún no he terminado y publicado la entrada del segundo, que lleva a medias desde tiempos inmemoriales. Leer ‘Las trampas del deseo’ [reseña] supuso el refuerzo a todo un descubrimiento realizado poco antes con la lectura de ‘Freakonomics’ [reseña]. Había despertado un gusto especial por los libros divulgativos donde se pone en entredicho la racionalidad humana y se nos cuenta, de forma amena, el resultado y las conclusiones de una serie de experimentos que, repito, ponen bajo sospecha nuestras teorías íntimas y nuestra visión particular del suelo firme que es —o debería ser— la (maldita) realidad, en lo que a su percepción inequívoca se refiere.

'La librería de las nuevas oportunidades'

Primero, y antes de entrar en materia, permítome hacer una aclaración. Sinceramente creo que la mejor forma de abandonar este mundo es peleando en las Termópilas, arrasando a los enemigos, insuflándoles temor hasta los tuétanos con cruenta bravura, plenamente consciente del llanto arrancado a sus viudas y vástagos cuando el corazón del enemigo es salvajemente atravesado por la espada y la lanza y reciban la noticia de que sus seres queridos abonan la tierra con sus cuerpos descomponiéndose en el campo de batalla.

'El cuento de la isla desconocida'

Un hombre llamó a la puerta del rey y le dijo, Dame un barco. La casa del rey tenía muchas más puertas, pero aquella era la de las peticiones. Como el rey se pasaba todo el tiempo sentado ante la puerta de los obsequios (entiéndase, los obsequios que le entregaban a él), cada vez que oía que alguien llamaba a la puerta de las peticiones se hacía el desentendido [&#8230]

'El lamento del perezoso'

La lectura de ‘Firmin’ [mi reseña] fue una experiencia inmensa. Sobrecogedora con sentimientos enfrentados. Alegría, humor y placer por el recorrido de situaciones y bufonadas del protagonista; tristeza y pena por las penurias que su condición le regala en la persecución de sus deseos y aspiraciones y por una vida plagada de tropiezos. Una rata que, en alma, no dista mucho de la mayoría de nosotros. Diría, incluso, que más humana que muchas personas que conozco.

'La dictadura de la incompetencia'

En general no me escucharán nunca —o leerán por aquí— que defienda el espíritu suprafuncionarial de este país. De hecho ya me he quejado alguna vez [1] sobre esa tendencia o deseo generalizado de alcanzar un puesto de funcionario, o de trabajador para el Estado, que «garantice» un ingreso de por vida y, parece que viene relacionado, «pegarse la vida padre» a costa de los impuestos de todos. Aclarar también —o mejor dicho, por otro lado, paralelamente o en contra de lo anterior—, y para que conste que a) no me parece mal que todos deseemos estabilidad, es lo lógico; y b) menos aún que no haya funcionarios.

'La brújula interior'

Cuando estuve en Madrid la época anterior (octubre 2009 a marzo 2010), cada vez que venía a Las Palmas, paraba en uno de esos kioskos de venta de prensa, chucherías y mil artículos más, que hay en cada uno de los aeropuertos del territorio, a veces con varias réplicas de sí mismo repartidos por las terminales. En el que se encuentra justo a la entrada a la zona correspondiente a las puertas E y F de la Terminal 2 del aeropuerto de Barajas, hay un estante en la puerta repleto de libros de esos que han venido en agrupar en la colección Empresa activa [sitio web] y que se supone que representan las ideas punteras sobre gestión empresarial de comienzos del siglo XXI, pero que en la práctica no dejan de ser libros de autoayuda disfrazados por la idea grandilocuente del «desarrollo personal para la gestión empresarial».

'¿Quién se ha llevado mi BlackBerry™?'

A veces está bien fiarte del criterio de otros para elegir los libros. Ya resulta archiconocida (al menos para los que sigan este blog de forma asidua; sulaco, Luis, mi mujer y nadie más mi hermana y adastra y Esteban y ladrona de calcetines y… ¿alguien más? Juer, si al final esto va a estar más transitado de lo que creía) mi tendencia a comprar libros por el título. Y lo cierto es que si no es porque me lo recomendó encarecidamente un amigo, nunca me hubiese comprado voluntariamente ‘¿Quién se ha llevado mi BlackBerry™?

'La proporción áurea'

En el primer día de la visita a Sevilla [1], tropecé con uno de esos quioscos de prensa que tienen todas las grandes ciudades repartidos por sus aceras. Como en Las Palmas no abundan —de hecho ahora mismo soy incapaz de recordar ninguno—, tropezármelos siempre atrae mi mirada [2]. En esa ocasión inmediatamente identifiqué la palabra «Matemático» —debo tener algún trauma infantil al respecto que antes de darme cuenta ya he leído palabras como «metemáticas», «científico», etcétera, etcétera, etcétera— y me lancé a mirar de qué se trataba con mayor detalle.

'El bufón'

En las portadas de todas las novelas de Christopher Moore que he tenido en mis manos, o en las entrañas de mi iPad, hay una frase que aparece siempre con apenas variación en su morfosintáxis: «Del autor de El ángel más tonto del mundo». Al menos en las ediciones en español. Y salvo, claro está, la propia novela ‘El ángel más tonto del mundo’ [mi reseña]. Aunque el editor más tonto del mundo podría haberla puesto por aquello de reforzar la idea global de que la mejor novela del autor es, precisamente, esa.