personal

¡El fin del Mundo!… Pero que sea en familia

En el momento de publicarse esto debería haber aterrizado o estar a punto de hacerlo. En teoría mi avión despegaba de Madrid a las 21:45. Ryanair nunca despega en hora. De media unos 20 o 25 minutos más tarde. Pero siempre dicen que el vuelo durará tres horas para aterrizar a tiempo y ponerte la fanfarria del séptimo de caballería y comerte la oreja demostrándonos una vez más que no tienen abuela.

Tres de tres

Bueno, bueno, bueno. Acabo de terminar —y aprobar— el cuarto examen del tercer curso en el que me había matriculado de programación de videojuegos que ofrecía Eticom mediante su plataforma web. Mañana era el último día para examinarse y andaba un poco tenso porque no había tenido apenas tiempo para leerme la documentación de este último. En realidad para casi ninguno he ido bien de tiempo, la verdad. Sin embargo he aprobado los tres cursos, por lo que me siento ligero y satisfecho conmigo mismo.

¿Prevaricación?

Sigo basante de cerca el conflicto de la sanidad pública madrileña. Aunque paso más de la mitad del tiempo en Las Palmas, mi lugar de residencia, trabajo para una empresa de la capital y paso unas cuantas noches al mes —muchas más al año— en Madrid. Cerca del piso en el que me quedo hay un centro de salud y frecuentemente veo al personal del centro manifestarse en la puerta. Tienen mi simpatía por muchos motivos.

Todo sea por la gloria

En mi vida —como imagino que le habrá pasado a casi todo el mundo— he tropezado con gente de todo tipo. En general he tenido suerte y puedo decir que la gran mayoría han sido personas que de una forma u otra, en mayor o menor medida, han conseguido dejar su impronta, siempre positiva. Aunque también he tropezado con esos que decimos “ruines y malvados”; por no mentar directamente a sus madres, que bastante habrán sufrido ya con parirlos y, en el fondo, desconozco cuál es su fuente de ingresos.

Un buen profesor, una buena explicación sobre el cáncer

Desde que he unificado los blogs, la idea de adjuntar vídeos —y fotos— ajenos en mis entradas me produce prurito intenso. Pero éste merece la pena. Mucho. Sumamente entretenida la exposición. Así, creo yo, es como deben enseñarse las cosas. Y muchos hábitos por adquirir; o recuperar. Ahora lamento no haber insistido en poner una bañera en casa. Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

La danza del quebrantahuesos

A Charles Darwin, durante su visita a Las Islas Galápagos, le intrigó sobremanera la fértil variedad de especies y cómo, siendo algunas tan parecidas entre sí, perteneciendo al mismo género, eran distintas según la isla donde se encontraban. O las diferencias de estas especies de las islas con las que catalogara en el continente. Fue ya ordenando sus notas de las islas, tras un viaje de cinco años, que propuso su famosa teoría de la evolución.

«Debe ser muy especial»

¿Nunca habéis conocido a una mujer que os inspire amarla hasta que todos vuestros sentidos se llenen de ella, inhalándola, saboreándola, descubriendo en sus ojos a vuestros futuros hijos, y comprendiendo que vuestro corazón por fin ha hallado un hogar? Vuestra vida empieza con ella, y sin ella debe finalizar. ‘Don Juan DeMarco’ (1994) Jeremy Leven Ficha IMDB Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

El pseudo-dilema del prisionero, o cómo echarle toda la culpa a los servicios web con C#

El código de ejemplo se encuentra aquí. La solución .NET (Visual Studio 2012) contiene cuatro proyectos: Nimio.Entidades - Definición de las entidades del «negocio». Nimio.Frontal.Servicio.Pedidos - El servicio Web de ejemplo cuyos métodos devuelven tipos complejos Nimio.Consolas.UsandoProxyCompleto - Aplicación de consola que usa el servicio web tal como Visual Studio genera el proxy incluyendo las estructuras de datos que devuelve. Nimio.Consolas.ModificandoProxyManualmente - Versión de consola que, aunque tiene el mismo código básico, ha modificado el archivo Reference.

Retrosobredosis de viagra

Cuando voy a escribir una entrada que no tenga que ver con un libro, siempre busco poner un título que haga referencia, así en plan metáfora, parábola, hipérbole o cualquier otra forma retórica, a lo que voy a contar. Pero para ésta, breve además, no se me ocurría nada mejor que «A pollazo limpio». Demasiado vulgar como para ser un titular de mi querida bitácora. La cosa va de descubrimientos. De saltar de aquí para allá demorando el instante en que debo ponerme con cosas de mayor provecho.

'Las ventajas del deseo'

Han anunciado el tercer título del autor traducido al español y aún no he terminado y publicado la entrada del segundo, que lleva a medias desde tiempos inmemoriales. Leer ‘Las trampas del deseo’ [reseña] supuso el refuerzo a todo un descubrimiento realizado poco antes con la lectura de ‘Freakonomics’ [reseña]. Había despertado un gusto especial por los libros divulgativos donde se pone en entredicho la racionalidad humana y se nos cuenta, de forma amena, el resultado y las conclusiones de una serie de experimentos que, repito, ponen bajo sospecha nuestras teorías íntimas y nuestra visión particular del suelo firme que es —o debería ser— la (maldita) realidad, en lo que a su percepción inequívoca se refiere.