reverberaciones de una existencia

Week 1, Day 1 (Try 1) - Slow down and walk

El día cero, porque todo tiene un comienzo, habremos de fijarlo en el último fin de semana, que además pasé en mi hogar, Las Palmas. Aunque en realidad se podría decir que «desde siempre» he tenido el deseo de empezar a correr, en particular, y de hacer ejercicio, en general, (y no es la primera referencia hecha en el blog al respecto, por ejemplo en noviembre de 2011 ya lo comentaba).

Adiós Ernesto

Esta noche ha fallecido nuestro compañero y amigo Ernesto Mateos, ha sido un fallo cardiaco repentino mientras estaba en su casa tranquilamente preparando la cena. Estará en el Tanatorio de San Isidro a partir de las 7 de la tarde. Vamos a enviar una corona de flores de parte de los equipos, si queréis participar pasar por mi mesa o por el sitio de María. Un Saludo Santiago Ese era el correo electrónico de las 10:35.

Mi libro electrónico se ha roto; que suena a título de novela, pero no lo es

Existe la creencia popular que reza aquello de que las desgracias nunca vienen solas. Sin ser capaz de tildarlas como desgracias, es cierto sin embargo que en los últimos meses siento que las cosas no terminan de suceder como a mí me gustaría. Más bien parece que el número de pequeños contratiempos y traspiés se suceden de tal forma que presentan un comportamiento equivalente al de una función monótona creciente. De crecimiento lento, pero constante.

La tozuda realidad

Es un hecho corroborado por generaciones pasadas, y corroborable por las venideras, que la tozuda realidad acaba imponiéndose siempre. Que se lo pregunten a Rajoy, que de esto sabe mucho, y que ya declaró hace unas semanas que no hacía lo que quería no porque no quería, sino porque la realidad era distinta a lo que él suponía que tenía que ser cuando pensaba que era de otra forma. Vamos, un discurso a lo Monty Python en toda regla.

Impulsos irrefrenables, desórdenes compulsivos (Coursera, again)

Me levanté esta mañana con prurito en el espíritu, de ese que no curaría ni el ronroneo de un gato, por no haberme inscrito en algunos de los cursos que ya estaban empezados en Coursera. En particular me llamaban poderosamente la atención Model Thinking e Introduction to Mathematical Thinking, pero no he querido arriesgarme porque me parecen de esos cursos densos que es mejor enfrentar desde el principio y con la mente especialmente fresca.

Quebrantasesos (a.k.a. Coursera)

He sufrido uno de mis episodios de parálisis por sobreexcitación. Entiéndase en las formas o modos que se prefiera, porque creo que los he abarcado todos en un instante. Esta tarde me daban a conocer la existencia de un sitio cojonudísimo: Coursera. «Como eres un tío inquieto, al que le gusta aprender, seguro que te va a gustar el sitio», me decía el cliente esta tarde. Hablo del que vendría a ser mi jefe en el cliente; el que me da las órdenes, me cuenta lo que quiere y me grita lo que no, vamos.

Y el aspecto final es…

Ayer me hice la primera cura. Hasta este momento no había visto que aspecto tiene la cicatriz que dejó la operación para extirpar el pequeño tumorcillo que tenía en la frente. Imagino que abrir una entrada RSS de alguien a quien conoces, aunque sea de referencia, o acudir directamente a su blog, y tropezarte de buenas a primeras una foto con una cicatriz no debe ser lo que más apetezca a nadie.

Uno para todos y todos para uno

Lo mío con las bitácoras, o como ya reconoce la Read Academia de la Lengua Española, los blogs, ha sido siempre particularmente raro. He tenido y mantenido, al menos durante un breve espacio de tiempo, varios blogs desde finales de 2004, en lugares diversos. Los primeros duraron poco. No saber de qué hablar hace que uno viaje a la deriva y, finalmente, acabe no reconociéndose en lo escrito o, mejor dicho, no sintiéndose plenamente a gusto viendo los restos que deja.

Crónica de un tumor extirpado… ¿Definitivamente?

La primera vez que lo vi parecía una picadura de algún insecto que se había dejado un pequeño aguijón dentro. Demasiado pequeño para darle importancia, pero molesto. Anduve hurgándolo hasta que sangró. Y tardó en curar, pero no le conferí demasiada importancia a este hecho. Luego lo vi crecer y, cuando me daba el Sol, más de lo cabal y sanamente aceptable, como he hecho toda mi vida, hincharse, resecarse temporalmente, resquebrajarse y volver a sangrar.

Seis coma catorce

El tiempo pasa volando. Perogrullada. No resulta tan de perogrullo que lleve seis años casado con la que sigue siendo la persona más importante en mi vida. Y menos aún que en unos meses se cumplan catorce años que comenzamos una relación. Asombroso. Algo bueno tuve que hacer en otra vida :-) Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible.