universos que caben en la mano y alimentan el espíritu

'Dioses menores'

Ya puestos a retomar la colección de Mundodisco [@ Wikipedia], y dado que la lectura del libro anterior consiguió con creces su objetivo, distraerme, decidí dar una nueva oportunidad a la serie pasando a leer la siguiente novela, siempre por orden de publicación original, que se corresponde con la décimo tercera (o doce más uno, como le gusta ordenar las cosas a los supersticiosos), y cuyo título es ‘Dioses menores’.

'Brujas de viaje'

Leí no hace tanto una frase que venía a decir, más o menos [1], «el mayor delito que se puede hacer contra un libro no es dejarlo arder en una hoguera, sino dejar de leerlo». Pese a la presunción de inocencia que a todos se nos debe, y hasta que se demuestre lo contrario, mis estanterías están llenas de «crímenes en potencia». Aunque —para los creyentes en metafísica y astrología les encantará sufrir un caso de profecía autocumplida— soy tauro y especialmente testarudo, así que sigo manteniendo mi promesa de leer todos los que pueda (antes de espicharla, se sobreentiende).

'Matemáticos, espías y piratas informáticos'

Andaba terminando la Escuela de Informática cuando empezaba el boom del correo electrónico, de las comunicaciones y, por supuesto, de la World Wide Web. Hasta entonces, lo único de criptografía que había escuchado te lo daban, si mi memoria no falla, en la extremada y absurdamente dura asignatura de «Tele», impartida en tercero, donde, entre otras cosas, te obligaban a memorizar características físicas de conducción de los cables coaxiales o los diferentes rangos de distancias de las distintas normas.

'La sorprendente verdad sobre qué nos motiva'

Voy acumulando libros leídos y ya va siendo hora de intentar poner esto al día. Tan pronto lo escribo me doy cuenta que no lo haré, pero de alguna forma tendré que motivarme; aunque sea mintiéndome, de forma piadosa, a mí mismo. Construcción semántica esta última que da lugar a pensar que tengo que buscar una forma externa, un incentivo, para hacer algo que, de motu proprio no me apetecería hacer.

'La brújula interior'

Cuando estuve en Madrid la época anterior (octubre 2009 a marzo 2010), cada vez que venía a Las Palmas, paraba en uno de esos kioskos de venta de prensa, chucherías y mil artículos más, que hay en cada uno de los aeropuertos del territorio, a veces con varias réplicas de sí mismo repartidos por las terminales. En el que se encuentra justo a la entrada a la zona correspondiente a las puertas E y F de la Terminal 2 del aeropuerto de Barajas, hay un estante en la puerta repleto de libros de esos que han venido en agrupar en la colección Empresa activa [sitio web] y que se supone que representan las ideas punteras sobre gestión empresarial de comienzos del siglo XXI, pero que en la práctica no dejan de ser libros de autoayuda disfrazados por la idea grandilocuente del «desarrollo personal para la gestión empresarial».

'Lo que sé de los hombrecillos'

Reconozco que soy un inmenso ignorante de la literatura universal y de los grandes escritores que hay y hubo, lo que siempre juega en mi contra cuando entablo una conversación sobre libros, literatura y autores. Aunque creo que ello juega también a mi favor, porque uno tiene el placer del descubrimiento y de sorprenderse cuando tiene la oportunidad de leer algo de alguien que, hasta hacía doscientas o trescientas páginas atrás, era un absoluto desconocido.

'¿Quién se ha llevado mi BlackBerry™?'

A veces está bien fiarte del criterio de otros para elegir los libros. Ya resulta archiconocida (al menos para los que sigan este blog de forma asidua; sulaco, Luis, mi mujer y nadie más mi hermana y adastra y Esteban y ladrona de calcetines y… ¿alguien más? Juer, si al final esto va a estar más transitado de lo que creía) mi tendencia a comprar libros por el título. Y lo cierto es que si no es porque me lo recomendó encarecidamente un amigo, nunca me hubiese comprado voluntariamente ‘¿Quién se ha llevado mi BlackBerry™?

'Un economista de letras'

Completando la cesta de la compra en una librería de Internet para que el envío me saliese gratis, en una de esas tantas ocasiones en las que acabo considerando la VISA el mejor y el peor invento de la Humanidad, me dejé seducir por el título de un libro que me resultó interesante y acabé pasando por caja con él, sin apenas conocer del susodicho libro poco más que el título que habían elegido para sacarlo al mercado, como en tantas otras ocasiones he hecho en el pasado.

'Guerra de regalos'

Más o menos empecé el año 2010 con la intención de releer toda la saga de Ender de forma más o menos seguida. Estando en Madrid compré en el dispensador de libros de Príncipe Pío la primera novela porque había desaparecido el ejemplar que tenía desde hacía veinte años y poco después me puse a leerla en la cama, escondido de las frías noches madrileñas. Tras ello descubrí que el autor había publicado dos novelas cronológicamente situadas en el inmenso hueco temporal que había entre la infancia de ‘El juego de Ender’ [mi reseña], quizás una de las mejores novelas de ciencia ficción que se han escrito, y la edad del profeta de profetas de ‘La voz de los muertos’.

'La proporción áurea'

En el primer día de la visita a Sevilla [1], tropecé con uno de esos quioscos de prensa que tienen todas las grandes ciudades repartidos por sus aceras. Como en Las Palmas no abundan —de hecho ahora mismo soy incapaz de recordar ninguno—, tropezármelos siempre atrae mi mirada [2]. En esa ocasión inmediatamente identifiqué la palabra «Matemático» —debo tener algún trauma infantil al respecto que antes de darme cuenta ya he leído palabras como «metemáticas», «científico», etcétera, etcétera, etcétera— y me lancé a mirar de qué se trataba con mayor detalle.