Otro pecado

Pese a la polémica sobre la calidad del audio en la edición española, que me había convencido para no comprarla, al final acabé cayendo en la tentación. La vi tan bien puesta al entrar a Media Markt, mirándome con esos ojillos tan tiernos de «cómprame por sólo 72€», que no pude resistirme. Otro asalto a la economía doméstica, ya bastante maltrecha. En fin, como dice mi padre, “la pobreza me hará más espiritual y me acercará al Dalia Lama”.

Inspirador

He vuelto a tropezar con este vídeo: y me encanta. Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal. Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo.

Qué soledad...

Hará cosa de una hora que volví del aeropuerto. Acompañé a mi mujer para que volviese a Las Palmas. Apenas una hora y se nota las dos semanas que tenía a alguien que me recibía cuando llegaba del trabajo. Ya se la echa de menos… Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible.

'Lo que sé de los hombrecillos'

Reconozco que soy un inmenso ignorante de la literatura universal y de los grandes escritores que hay y hubo, lo que siempre juega en mi contra cuando entablo una conversación sobre libros, literatura y autores. Aunque creo que ello juega también a mi favor, porque uno tiene el placer del descubrimiento y de sorprenderse cuando tiene la oportunidad de leer algo de alguien que, hasta hacía doscientas o trescientas páginas atrás, era un absoluto desconocido.

'¿Quién se ha llevado mi BlackBerry™?'

A veces está bien fiarte del criterio de otros para elegir los libros. Ya resulta archiconocida (al menos para los que sigan este blog de forma asidua; sulaco, Luis, mi mujer y nadie más mi hermana y adastra y Esteban y ladrona de calcetines y… ¿alguien más? Juer, si al final esto va a estar más transitado de lo que creía) mi tendencia a comprar libros por el título. Y lo cierto es que si no es porque me lo recomendó encarecidamente un amigo, nunca me hubiese comprado voluntariamente ‘¿Quién se ha llevado mi BlackBerry™?

¿Pero cómo que «por qué»?

¿Soy el único que piensa que los comerciales andan últimamente un pelín agresivos? Además de llamarte cuatro veces a la semana para ofrecerte oportunidades únicas por ser cliente VIP, te preguntan —a veces con cierto tono de enfado—que por qué no estás interesado si el producto es tan fantástico que hasta su madre le ha pedido tres. Desde luego algo ha cambiado desde aquel «el cliente siempre tiene la razón» y la sabia práctica de «no discutas con el que te da de comer».

... soy el Neo del código fuente

Aún con los ojos rojos como si me los hubieran rociado con spray de pimienta, he currado programando como nunca (bueno, como no lo hago desde hace años). Tomando consciencia de que estamos enchufados en Matrix, y que ya no hay leyes naturales inmutables —y de que el universo se dobla sobre sí mismo—, me he puesto manos a la obra y he escrito más código fuente en los dos últimos días del que había escrito en los cuatro meses y medio de trabajo anteriores.

... tengo un gripazo de dos pares de cojones

O un enfriamiento, o un resfriado, o un enfisema pulmonar. Lo cierto es que ayer me pilló por sorpresa la bajada de temperatura a primera hora. Me levanto a las cinco y media de la mañana y salgo un rato después. Y ayer hacía frío. Mucho. Y la noche anterior hacía calor. Bastante. Y yo iba en camiseta de algodón fina y de manga corta; y acababa de ducharme con agua más bien caliente.

Un apunte antes de seguir

«Tienes que echarlo todo para fuera. ¡Escríbelo!» Así me incitaba una persona que conocí en un foro en el peor momento que recuerdo de toda mi vida profesional (que entonces ya iba para 14 años). Ni familiares ni amigos, siquiera mi mujer, conseguían entender por lo que estaba pasando; más bien parecía que me caía un chaparrón de recriminación. Sólo se me ocurre el símil del viejo león enjaulado al que le enseñan la sabana, pero que no puede correr libremente.

Más música, pero en guagua

Durante un par de días he cambiado el tren por la guagua (autobús para los bárbaros del continente), pero mi iPhone sigue prodigándose en sorpresas cuando lo uso en modo aleatorio. La de hoy para este magnífico tema en directo. De todas las opciones que había en tutubo he elegido la que usa el audio del CD, que se escucha mejor. [Publicado originalmente en mi muro de Facebook el día 13 de septiembre]