El día cero, porque todo tiene un comienzo, habremos de fijarlo en el último fin de semana, que además pasé en mi hogar, Las Palmas. Aunque en realidad se podría decir que «desde siempre» he tenido el deseo de empezar a correr, en particular, y de hacer ejercicio, en general, (y no es la primera referencia hecha en el blog al respecto, por ejemplo en noviembre de 2011 ya lo comentaba).
Esta noche ha fallecido nuestro compañero y amigo Ernesto Mateos, ha sido un fallo cardiaco repentino mientras estaba en su casa tranquilamente preparando la cena.
Estará en el Tanatorio de San Isidro a partir de las 7 de la tarde.
Vamos a enviar una corona de flores de parte de los equipos, si queréis participar pasar por mi mesa o por el sitio de María.
Un Saludo Santiago
Ese era el correo electrónico de las 10:35.
[…] solía decir que los artistas mienten para decir la verdad mientras que los políticos mienten para ocultarla.
Evey Hammond V de Vendetta [@ IMDB]
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
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Por último pedir diculpas por el contenido.
El pueblo no debería temer a sus gobernantes, los gobernantes deberían temer al pueblo.
V V de Vendetta [@ IMDB]
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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo.
Hoy toca cumplir años. Esta vez no tengo ganas de enrollarme tanto como en los años anteriores. Mi tío me felicitó llamándome «cuarentón» Pero cuarentón lo soy desde el año pasado. En fin, que hoy me quedo con unas palabras del Dr. Who:
De verdad, deja de llorar. Tienes un montón de cosas por delante, ¿sabes? Una vida humana normal en la Tierra. Los plazos de la hipoteca. El horario de nueve a cinco.
No lo había puesto en los despropósitos del año porque los orienté más hacia lo no-técnico, pero terminaba el año pasado con una espinita clavada en el corazón. Y este año quería poner remedio.
Sobre finales de junio un compañero me pidió que le echase una mano con un proyecto que tenía atascado. Era un proyecto personal suyo y ambos estábamos a tope de curro y debíamos «robar» horas para intentar sacarlo adelante.
En los despropósitos para este año le daba una probabilidad de éxito de un 70%. Y estaba siendo excesivamente generoso conmigo mismo, porque me conozco y a) tengo poco tiempo para nada (mi autoengaño favorito) y b) soy muy perezoso como para autoimponerme cualquier hábito de estudios a estas alturas. Sin embargo era un tema que desde mucho me llamaba la atención, así que me puse a ello el 7 de enero.
Sé que no he sabido aprovecharlo ni completa ni satisfactoriamente. Y que mi relación con él ha sido bastante desigual, repleta de largas épocas de absoluto abandono seguidas de otras de un uso más moderado. Sin embargo, en los últimos meses se estaba convirtiendo en una rutina agradable repasar los titulares más importantes en algún ratillo a lo largo del día. Y debe ser que a mi edad empiezan a agradecerse las rutinas.
Cerró los ojos y apretó los puños. No demasiado fuerte, no buscaba hacerse daño. Le ayudaba a concentrarse mejor. Comenzó a ser consciente de cada centímetro cúbico de su pequeño ser. Esa energía que iba creciendo lentamente en sus entrañas y que asumía una dualidad extraña. Ella lo poseía a él, pero él también la poseía a ella. La controlaba y la utilizaba. Y ahí estaba, creciendo rápidamente. Era tremenda, fantástica, maravillosa.
En mis años de instituto se puso de moda citar las tres cosas que debía hacer todo hombre en la vida: escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. En mi caso todo un pleno, pero desde el otro punto de vista. No se puede considerar que esta bitácora sea equiparable a escribir un libro; decir «voy a plantar un pino» cuando vas al baño tampoco creo que sea aceptable para el segundo gran triunfo de la vida; y lo de tener un hijo… pues bueno, me parece que va a ser que no.