Puede que mi madre no haya sido la mejor madre del mundo, aunque para mí sí que lo es. Cierto que, como persona, ha cometido errores. La gran mayoría diluidos en el olvido y/o perdonados, cuando me tocaba a mí directamente, porque a una madre, si es como la mía, se le debe perdonar absolutamente todo. O casi todo. Porque hay una de esas cosas que hizo que aún no he conseguido perdonarle: que me llevara a ver ‘Tiburón 3’ cuando apenas tenía… ¿cuánto?
A modo de continuación de ‘La meta’, libro que recomendaba hace tiempo, ‘No es cuestión de suerte’ es otra novela empresarial que intenta enseñar a pensar y a utilizar recursos para razonar de forma coherente, intentando que en las empresas no se hagan las cosas simplemente porque otros dicen que se deben hacer así, llevados por la inercia de décadas de utilización en técnicas que quedaron obsoletas en otros tiempos.
¡Joder! Otra vez me he despertado soñando con un tiburón blanco. Les tengo verdadero pánico. Hoy me arrancaba un brazo, el que lleva tiempo doliéndome, pero lograba subir a un bote salvavidas. A medida que se acerca el viaje a Florida son más intensos este tipo de pesadillas. ¿Será premonitorio?
Intentaré dormir otro rato, que hay que madrugar para trabajar. Luego, cuatro días a descansar en un bungalow. A leer y a tomar el Sol.
Hace tiempo que sospecho que padezco algún tipo de desorden obsesivo compulsivo. Alguna especie de pulsión que anula cualquier capacidad de buen juicio que pueda tener. Y de buen juicio sí sé que tengo poco. Aunque a veces creo que se trata, simplemente, de un problema de aburrimiento. En cualquier caso me lo tendré que mirar.
Últimamente me ha dado por leer. Estoy leyendo mucho. Al menos «mucho» para alguien como yo, que lo más que leía eran artículos y libros técnicos.
Desde hace unos días ando intranquilo por cuestiones laborales. Me perturba haber llegado a un estado en el que ando enfadado la mayor parte del tiempo. No me reconozco en ello. Para colmo me tropiezo con estas palabras, atribuidas a Mahatma Gandhi:
Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras. Cuida tus Palabras porque se volverán Actos. Cuida tus Actos porque se harán Costumbre.
Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter.
Aquí estoy publicando una entrada desde mi móvil usando el Ópera Mini. En principio parece que voy a trabajar en un proyecto para móviles y estoy probando algunas cosas en el mío.
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Confieso que no puedo considerarme una persona con una red social demasiado amplia. Es más, diría que apenas tengo interacción humana fuera de las horas de trabajo, si no contamos a mi mujer, claro. Y tengo mis dudas de que lo que sucede durante las horas laborales se pueda llamárselo interacción. Soy muy sociable, muy extrovertido, pero la mayoría de la gente me aburre. Y yo los aburro a ellos. No piensen que soy un elitista, ni un intelectualoide que mira a la gente por encima del hombro.
Antes de comenzar, decir que a la hora de escribir este artículo, al igual que hago con el resto, intento localizar alguna referencia o vídeo que pueda enlazar. Con el de hoy he descubierto un sitio en Internet que pasa a ser de visita obligatoria: http://www.docuciencia.es/. Pero si ese es flipante, http://www.documentalesonlinegratis.com lo es aún más. Y hay muchos más por la red. Es como una mala gripe. Se ha puesto de moda.
… joder, que se me va a hacer un bujero en el estómago
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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo.
Mantengo y persisto en que aquello que se desconoce es imposible de amar realmente. Más allá de que las inquietudes personales te lleven a tal o cual tema de interés particular, la Tierra es tan extraña, tan cargada de singular belleza, que no aprovecharla para extasiarte y maravillarse, aunque sea solamente una vez cada mucho tiempo, es un crimen hacia ti mismo y hacia lo que el Cosmos ha dejado ahí para que lo apreciemos.