Colorido floral
Esta entrada ha sido recuperada gracias a Wayback Machine de un blog que mantuve en La Coctelera.
He pasado el fin de semana (casi todo) en un apartamento en Playa de San Agustín, para desconectar un poco. Me llevé la cámara y el 105, para intentar practicar el macro. Pero para no cargar en exceso -aún más- no me llevé el trípode. Se trataba de pasar un día y poco tranquilo tomando el Sol, y la posibilidad de coger la cámara era más bien secundaria. Sin embargo, como mi piel es demasiado blanca. no es recomendable que me exponga al Sol durante mucho tiempo. De hecho, en un ratito que estuve tumabdo, ya me quemé las rodillas. Con protector factor 35.
Tengo en mente hacer una visita al Jardín Botánico de Tafira para ejercitar un rato el macro y seguir intentando explotar el 105. En breve. Así que, como hoy no podía ponerme más al Sol, me escapé a sacar fotos a las flores y plantas que inundan los jardines de la zona. Eso sí. con mi gorro de guiri, el mismo que llevé a Egipto. La pinta era la misma, pero sin bolso y sin pulóver.
Coloridos exquisitos por todas partes que hacía gozar al sentido de la vista.
El enemigo esta vez fue el viento; una ligera brisa, pero que a la escala que estaba enfocando parecía un terremoto, impidiendo enfocar nada. Sin trípode y mucha paciencia lo intenté una y otra vez. Una prueba para la paciencia, al menos para mi paciencia.
En fin, aquí van las que han podido escapar. No iba a poner ninguna, pero he bajado el listón y he sido poco autocrítico conmigo mismo.
Seguiré practicando.