Tesoros perdidos reencontrados (VIII): El fanzine de la escuela de informática
Como viene siendo habitual cada martes, hoy traigo otro recuerdo de los que he acumulado en esa especie de cápsula del tiempo que es mi antigua habitación (y sus estanterías) y los CD con las copias de seguridad de algunos textos antiguos.
El fanzine de la escuela de informática, que ya he comentado en otras ocasiones se llamaba ‘Eyaculación Digital’, fue un medio por el que un buen grupo de alumnos publicaron todo aquello que creyeron oportuno mostrar. Escondiéndonos muchas veces tras seudónimos, fuimos autores de más de una barbaridad, en general atacando a los profesores y otros estamentos del centro. Con poca -o casi ninguna- censura, alguna vez se nos iba la mano con lo escrito.
Tuve una participación más activa al principio, durante unos pocos números del fanzine, cuando tenía algunos relatos cortos escritos de años anteriores, que comencé a publicar, con mi nombre y no con seudónimo. Además de eso realicé otras contribuciones, éstas sí con seudónimo, aunque en general no demostraba mucha saña para con nadie (salvo en un caso, en que critiqué al personal de la secretaría del centro, sólo por el placer de hacerlo y con una agresividad inusual). De entre todas las aportaciones y paridas que publiqué, la que más me gustaba era la sección de noticias, que creo mantuve durante cuatro números. Bajo el seudónimo de ‘ender2011’ escribía gran cantidad de disparates e inventos, en general sobre los profesores, a modo de una columna de pequeñas noticias de última hora.
Creo que durante la vida del fanzine se llegaron a publicar una docena de números, pero a cada cual que se publicaba, había más presión para hacerlo desaparecer. Como decía antes, se nos fue un poco la mano con el uso democrático de la crítica y la libertad de opinión. Normal que los estamentos represores quisieran hacerla desaparecer cada vez que nos pasábamos con las opiniones sobre sus, precisamente, gestos represores y antidemocráticos.
Como buena parte de los que suministramos material para que continuase viva, compraba religiosamente cada número, aunque no hubiese participado en él. Ha querido el paso del tiempo, y las amistades peligrosas que se apropian de las cosas olvidando devolverlas, que de un buen número de ejemplares me queden tres, en los que precisamente mi participación es casi nula.
A continuación, y a modo de ejemplo de lo que se podía esperar encontrar en las entrañas del fanzine, pongo las carátulas y algunas páginas del interior de los ejemplares que aún me quedan. Salvo que diga lo contrario, nada de lo mostrado es propiedad intelectual mía y sí del autor o autora que lo pergeñó en su momento. Como muchos de ellos usaban seudónimo, no puedo dar su verdadero nombre. En muchos casos no tengo ni idea de quiénes eran.
[Los diez mandamientos del delegado de alumnos sí que es mío]
Pulsando sobre las imágenes podrás acceder a una versión en mayor tamaño, aunque no con demasiada calidad. No quería fundirme el espacio que me da Google con su Picassa Web con las capturas del fanzine. Espero que aún quede mucho que publicar en este blog y voy a necesitar esos 1024 megas.
Algunos de los relatos y algunos de los comics que se publicaron en el fanzine eran de muy buena calidad, pero a la gran mayoría había que darle de comer aparte. Sospecho que si descubrieses que tu hijo publicaba algo del contenido que correspondía con la mayor parte de cada ejemplar, seguramente querrias meterlo en un manicomio. O sacrificarlo, para que dejase de sufrir.
Los promotores y mayores defensores de la continuidad del fanzine, que fueron muchos pero de los que recuerdo con especial cariño a Javier Torón, a Ernesto, a Eddi Josafat y a Ulises Santos, intentaron que en la portada de cada número el nombre apareciese en un idioma o dialecto diferente. Hasta donde yo recuerdo creo que lo consiguieron casi siempre (en un número, directamente, no aparecía).
Algunos -o todos y cada uno de ello- de los mencionados antes poseen toda la colección. Espero que decidan escanearlos con mejor calidad y publicar cada número en la red. Yo, por mi parte, después de este pequeño homenaje (a modo de entrada en mi bitácora personal), voy a deshacerme del papel, que no hace más que acumular polvo y ocupar espacio.
Descansa en paz, ¡oh!, mi eyaculación digital. (Qué mal suena eso.)
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔