Tesoros perdidos reencontrados (XVI): Los primeros diseños para 'Enjoy the Sound'
Estuve dudando en cómo clasificar esta entrada. Podría ser tanto un ‘tesoro perdido’, ya que los archivos originales habían ‘desaparecido’, como una entrada del ‘anecdotario’. Al final ha pesado más el componente de ‘tesoro’, así que lo dejo por esta categoría, porque le doy más importancia al diseño que a la experiencia personal que acompaña al mismo. Al menos eso creo.
Hace dos semanas hablé de una chica con la que tuve una relación de cuatro años. Sí, hablo de esa que he dado en llamar Noemí para no dar a conocer su verdadera identidad. Entre que me dio la patada en el culo y lo sucedido en el CULP -y narrado hace dos semanas- pasaron unos cuantos meses. Muchos meses, en realidad. En los primeros meses de esa transición forzada de una relación mala a una soledad jodida andé buscando muchas formas de ‘recuperar’ su interés por mí. Retrospectivamente debo agradecerle que no lo hiciera. Dado cómo mejoró considerablemente mi vida después creo que hubiese sido inmensamente infeliz a su lado.
Como adicto a la música que soy -no vamos a entrar en si de calidad o no-, se me ocurrió grabarle una serie de discos recopilatorios en los que seleccionaba, con cuidado y cariño, la música que quería incluir. Además, aprovechando que me gustaba juguetear con el Corel Draw me curraba las portadas y los interiores de la caja (usaba cajas transparentes). En total grabé ocho recopilatorios, a uno por semana, que fue más o menos lo que me duró el estadio de la negociación, el que sucede a la ira y va antes de la depresión en el modelo Kübler-Ross, de la angustia existencial.
A la serie ‘limitada’ de ocho discos, de los cuales Noemí tan solo recibió siete, la llamé ‘Enjoy the Sound’, porque ‘Enjoy the Music’ no me gustaba. Aunque hubiese sido más acertada. Alejandro, un amigo que era como un hermano, recibió otra copia de cada disco.
Después de elegir las canciones que quería incluir en cada volumen y de recortar los comienzos y finales para que al terminar una, en muchos casos, continuase la siguiente sin pausa, me ponía a ‘diseñar’ la portada y contraportada, que imprimía en papel de calidad a todo color. A continuación algunos ejemplos de estos ‘tesoros perdidos’ que me tropecé el otro día en un CD viejo, pero viejo. ¿Alguien recuerdan los cd’s dorados?
En el interior del ‘libreto’ que hacía de portada del cd, solía copiar citas y frases célebres que sacaba de unos libros enormes que tenía en casa. La mayoría hablando del amor, la amistad y ñoñerías similares.
Después de hacer los ocho discos, este diseño no terminaba de convencerme, así que me dediqué a hacer uno nuevo, más dedicado a mí, porque la colección tan ingratamente despreciada, trascendió su intención inicial y pasó a ser algo más personal. Personal para mí. Pero de ese hablaré en otro momento.
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔