Comienza la Navidad
Es obvio que la mayoría de los blogs y de los blogófilos de esto que se llama la web dos punto cero ya habrán comentado -o estarán a punto de comentar- algo sobre la Navidad. Y yo no voy a ser diferente. Así que aquí va el que, seguramente, no será el primero relacionado con el asunto (bueno, el anterior también tuvo algo de ello).
Como todo en esta vida, cada uno establece cuándo comienza su Navidad. En mi caso no es cuando encienden las luces de la ciudad, que reconozco que este año parecen haberse demorado en ello. Tampoco cuando voy a tomar una copa de anís a primera hora de la mañana del 24, a casa de mi abuela, como manda la tradición familiar. En mi caso la Navidad comienza, o entra en mi casa, cuando empiezan a aparecer los elementos ornamentales o accesorios de estas fechas. Y, este año, ha comenzado con la llegada de la postal que me envió sulaco desde Holanda.
Al llegar a casa, hace dos noches, me la encontré bien dispuesta delante de mi amado iMac. Cosas de mi mujer, que se sorprendió de que yo fuera uno de los destinatarios.
La foto no le hace justicia. El resultado me ha sorprendido gratamente y es bastante mejor de lo que se aprecia en la imagen. Ha quedado muy bien y le agradezco el gesto.
Por otro lado, la Navidad no es nada si no hay productos típicos con los que celebrarla, así que la empresa en la que trabajo, en la que cada vez me encuentro más a gusto, tras año y medio ya en ella, y que parece dispuesta a ir contra corriente de la ‘moda’ que siguen el resto de empresas, nos ha obsequiado con un lote de productos nada despreciable.
Cierto que cada vez traen menos turrones y polvorones y sí más botellas y cosas que poco o nada tienen que ver con las fechas navideñas. ¿Pero qué quieren que les diga? A caballo regalado…
El fin de semana haremos el árbol y, espero, terminaremos las compras de reyes. El primer año que no tendré que tropezar con hordas de orcos sedientos por ablandar el plástico de sus tarjetas de crédito.
¡Ah! ¡Y tengo un iPhone! El de 16 Gb. Y no, no he pagado ni un duro. Pero eso es otra historia que ya contaré en otro momento.
Creo que este año la Navidad va a ser cojonuda. Tranquila, como a mí me gusta. Ya veremos cómo se va desarrollando.
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔