Echar unas partidas a 'The Last Guy'
Si buscamos en el diccionario de la Real Academia Española el significado de jugar, y más allá del hecho de tener tantas acepciones, hay algo con lo que la mayor parte de la gente estaría completamente de acuerdo. Para la gran mayoría, jugar implica divertirse y entretenerse. Y el resto es accesorio.
Sin embargo, da la sensación que a medida que evolucionan las consolas y los ordenadores, su potencia gráfica, divertimento viene vinculado y únicamente justificado, si está acompañado de gráficos fotorrealistas. Bueno, la Wii combate esa tendencia buscando la diversión, principalmente, con personajes cabezudos y deformes que supuestamente son un representación de tu yo-jugón en su particular universo de los saltos en tu salón de estar.
Pero no me entiendan mal. No estoy criticando, en su esencia, que con el avance de las generaciones de consolas (y consoladores), se busque incrementar la potencia gráfica y, con ello, el realismo de los escenarios representados. Todos agradecemos el esfuerzo. Pero eso no lo es todo (y tampoco digo nada nuevo con ello). Desde que poseo las consolas de última generación, en particular la Playstation 3, únicamente con un juego he exclamado “¡La madre que lo parió! ¡Qué bueno!”. Ha sido con ‘Metal Gear Solid 4’. Con el resto, simplemente, he dicho “pero mira qué bonito” y poco más. Ya sea con el emulador de Spectrum, con la Playstation 3 o con el futurible Resonator 300o-coma-14 del próximo siglo XXIII, de lo que se tratará siempre es de pasarlo bien, entretenerse y divertirse; independientemente de si para ello tienes que introducirte un conector a modo de sonda por vía rectal hasta el bulbo raquídeo para que la experiencia sea más realista y/o intensa (esto último casi seguro si has de autoviolentarte para jugar).
Es el caso de ‘The Last Guy’, juego que solo se puede adquirir en línea en la tienda de PlayStation, y que sin ser una obra que pasará a la historia de los videojuegos en su apartado gráfico, ni en cualquier otro, sí ha sabido aprovechar el espíritu de la moda de la Web 2.0 e incorporar, a modo de laberintos, fotografías satélite de diferentes ciudades en las que pondremos a prueba nuestras habilidades para resolver puzzles contrarreloj. Si haces una búsqueda en Internet, y así ahorrarme tener que entrar en detalles sobre la trama, sabrás que los puzzles consisten en recorrer las calles de la ciudad que toque sorteando todo tipo de bichos rarísimos y recuperando a los supervivientes de un ataque zombi que se irán sumando a una larga cola hasta que los dejes a salvo en las zonas oportunas para ser rescatados por una aeronave futurista. Es el tipo de juego que, sin ínfulas de superproducción del sector, engancha y que sirve para matar esos cinco o diez minutos en los que esperas a que tu pareja se ponga decente para salir a cenar con los amigos. Por lo que cuesta, es muy recomendable. Aunque también advierto que en ciertas ocasiones puede resultar frustrante no conseguir la cantidad de supervivientes exigida antes de que la cuenta atrás llegue a término.
The Last Guy™ Everywhere
Buscando reviews antes de decidirme a pagar los 8 € que cuesta el juego, tropecé con una versión cachonda del mismo que, tomando como base cualquier URL, ofrece una idea de qué trata la historia permitiendo jugar directamente en el navegador. O eso les gustaría creer a los desarrolladores. Tan sencillo como rellenar el campo que ofrecen para ello -el ‘http://’ que aparece debería ser una pista fiable-, darle al botón (o directamente a intro) y esperar a que el flash cargue, procese y digiera el contenido de la URL para hacer un mapa para la partida.
Probé con varios de las bitácoras que recomiendo en la parte derecha y, para mi desgracia, e incremento del ya excesivamente satisfecho ego del amigo adastra, la única URL que daba resultados aceptables era la suya. Lo sé. Se pondrá insoportable con eso de que está mejor estructurado el HTML de su blog y tal. ¡Qué más hubiese querido poder probarlo con el mío! Sin embargo se ve que los alojados en Blogger no los termina de tragar demasiado bien. De hecho aparece un texto en japonés que no sé si es el típico mensaje de ‘error en el servidor’ o una amenaza de muerte en el idioma del sol naciente.
Ahora bien, si no te apetece estar perdiendo el tiempo con chuminadas como la anterior, siempre puedes ver el siguiente vídeo para entender la mecánica del juego. La musiquilla que acompaña la partida mola y es pegadiza. ¿Qué son 8 € en un Mundo que se va por el retrete directamente? Al menos lo harás correteando las calles de sitios que probablemente nunca visitarás al son de una marchosa composición musical de corte technobacalao. Eso sí, solo para PS3.
El Último Apunte™
Completamente rascao por no poder usar mi propia bitácora para ejemplificar la chorrada del everywhere se me ocurrió volver a intentarlo, pero esta vez con mi cuenta Flickr. El resultado es mucho mejor que usar la bitácora del amigo adastra, pero tengo demasiado interiorizada la vaguedad como para apreciar el incalculable valor que tiene el trabajo ya hecho. Así que, pese a estar tentado de no darle el placer de hincharle el ego, he optado por conservar lo ya hecho y añadir esta última aclaración antes de darle, ahora sí, al botón de publicar.
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔