'Cuervos de Tokio', documental curioso

El cuervo, de la familia de los córvidos, y pariente de la corneja, ha tomando las calles de Tokio y forma parte, de ninguna forma inadvertida, y con varias decenas de miles de sujetos en su población, del paisaje urbano de esa ciudad. De unos siete mil a mediados de la década de los 80, se habla de cuarenta o sesenta mil en el momento de rodar el documental ‘Cuervos de Tokio’. En los últimos años, se capturan y sacrifican unos pocos miles cada año para intentar reducir la población de un ave ruidosa que se ha adueñado de la ciudad y molesta cada vez a más tokiotas.

Sin ser una maravilla de documental, cierto es que resulta entretenido y, en ocasiones, sorprendente. Sorprendente ver cómo los cuervos roban perchas para hacerse los nidos. Y sorprendente ver cómo este animal, que para los occidentales puede resultar un tanto antipático ya en apariencia, aprende con facilidad de otros especímenes más experimentados. Inteligentes, mucho, estos bichos.

El documental también resulta interesante para ver ese lado menos turístico de una ciudad que atrae a tanta, tantísima, gente. Con un legendario sentido práctico de la organización, no deja de sorprender cómo hay tantas calles donde se deposita la basura en las esquinas dentro de bolsas transparentes, motivo por que los cuervos se dan los festines que se dan y procrean hasta cantidades insostenibles, por falta de contenedores donde proteger y guardar mejor los restos; pese a las redes azules que reparten para proteger las montañas de basura. Pero eso no quita que uno quede fascinado con ese sentimiento enfrentado que tienen los japoneses de la capital con estos animales, a los que veneran como dioses de la naturaleza -el kami sintoísta (¿o era tengu?)- y que odian por ruidosos y por, lo que documenta algún japonés y algún extranjero que vive allí, los ataques sufridos por estos bichos con alas y de color tan funesto.

Y poco más que añadir. Un documental que, si no tienes nada mejor que hacer, podrías ver, pero que tampoco se pierde mucho por no hacerlo.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔