'No es cuestión de suerte'
A modo de continuación de ‘La meta’, libro que recomendaba hace tiempo, ‘No es cuestión de suerte’ es otra novela empresarial que intenta enseñar a pensar y a utilizar recursos para razonar de forma coherente, intentando que en las empresas no se hagan las cosas simplemente porque otros dicen que se deben hacer así, llevados por la inercia de décadas de utilización en técnicas que quedaron obsoletas en otros tiempos.
En esta ocasión Alex Rogo, el mismo protagonista de la novela anterior, pero ya en una posición consolidada dentro de la empresa, se tendrá que enfrentar a un duro revés en sus expectativas cuando el consejo de dirección lo pone entre la espada y la pared. Será una prueba contrarreloj para intentar mejorar los resultados de las empresas que están bajo su dirección en un tiempo récord. Empresas a las que ya se había llevado a su óptimo y a las que, teóricamente, no se podría exprimir más. Para ello, una vez más, hará uso de las herramientas de razonamiento que acompañan a la Teoría de las limitaciones, intentando en esta ocasión llevarlas un paso más allá.
Aunque en éste libro Eli Goldratt ilustra y ejemplifica con más detalle las herramientas que se emplean en TOC, lo cierto es que no es un libro para aprender dichas técnicas, y en ocasiones te quedas con el sabor de haberlo visto «a medias». Pero se trata de una novela en la que, haciendo uso de las mismas, los protagonistas consiguen los objetivos. Ya sean estos del mundo empresarial o del entorno personal o familiar. Son herramientas que permiten razonar y expresar, de forma ordenada, lo que se quiere ilustrar. Al igual que ‘La meta’ pretende, en un entorno dramatizado, que nos interesemos por el producto de éste físico que se metió a optimizar el mundo de las empresas y del que la revista Car Magazine dijo «Lo que Goldratt nos está sugiriendo es la utilización sin trabas de la inteligencia». Al menos conmigo, lo ha conseguido.
En la primera novela, el uso de TOC se orientó a optimizar las operaciones de producción. Ahora las herramientas que brinda esta filosofía empresarial se orientarán a buscar soluciones de mercado, donde se encuentra la limitación que impide mejorar los resultados de las compañías que tiene Rogo bajo su control. Para ello pondrá patas arriba la logística y algunas formas de vender que romperán esquemas. O lo hicieron entonces, porque no olvidemos que esta novela tiene casi dos décadas de existencia y, a la velocidad que se mueve el mundo de las empresas, lo que propone es ahora pan de cada día.
En cuanto a su calidad narrativa no podremos esperar que al autor le galardonen con algún premio literario. No hay prosa elaborada ni retórica preciosista. Casi todo es bastante llano y lineal, así que su lectura, amena, lo es porque el tema resulta interesante y no porque uno se deleite en las palabras que usa y en cómo las utiliza. Además, hay algún que otro patinazo, sospecho, del traductor. Peccata minuta.
Desde mi punto de vista, tanto la primera como ésta novela son dignas de ser leídas si, como a mí, te interesa el mundo empresarial. Tal vez no consiga aportar nada a tu vida, pero al menos sí cumple ser entretenida. De esos libros que te lees en un par de días.
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔