'Psiconomía'
En la línea de los libros que he venido leyendo últimamente, tenemos ‘Psiconomía’, cuyo autor es Javier Ruiz, presentador y subdirector de noticias de la cadena Cuatro… Qué grande es Google, sí señor. Con lo poco que veo la televisión no tenía ni idea de quién era este encantador señor. Y el libro no sabía ni que existía. Fue un regalo de mi mujer que, sabiendo que últimamente desperdicio el tiempo en cosas insustanciales como la Economía Conductual, se dejó caer con él en el día de Reyes.
Algo que le agradezco mucho pues el libro es muy entretenido. Al menos a mí me ha resultado bastante entretenido e, incluso, ilustrativo. Te ofrece una visión general y diferente de la economía y de las decisiones que tomamos. Una visión que merece la pena descubrir. Es un libro en la línea de los estudios que podemos encontrar en ‘Freakonomics’ (reseña) y en ‘Las trampas del deseo’ (reseña). Más en la línea del último, al que casi dedica un capítulo. Por cierto, y cambiando un momento de tema y autor, no había visto hasta hace unos días el programa de Redes dedicado al libro y los estudios de Dan Ariely. Es de hace dos años, pero sigue mereciendo la pena verlo.
Volviendo al autor del libro, decir que consigue que el texto resulte de lectura ligera. Es ameno y en algunos momentos hace que sonrías con las anécdotas que cuenta (lo del chimpancé y los inversores de bolsa es de antología). Aunque la mayoría de las veces resulta sorprendente. Hay ejemplos que desarman la racionalidad inmisericorde del mercado y que hacen que te preguntes cuánto nos engañan, cuánto nos dejamos engañar y cuánto nos autoengañamos. El peor de los engaños es el que nos hacemos a nosotros mismos.
En economía ese Madrid-Barça se llama sesgo de la confirmación y significa que en la mayoría de las ocasiones sólo estamos dispuestos a escuchar y aceptar aquella información que refuerza lo que ya pensamos. Tendemos a ignorar o menospreciar aquello que nos contradice. Teóricamente el valor de la nueva información es siempre el mismo y, según la teoría del mercado perfecto, las nuevas evidencias son las que sirven para que algunos productos cambien de precio y se alteren las perspectivas de futuro en el mercado. Sin embargo, nuestra subjetividad hace que no toda esa información valga lo mismo. Nuestra locura tamiza las noticias y nos permite dar peso a las que se ajustan a nuestros prejuicios mientras preferimos ignorar las que nos incomodan.
El texto, que no pretende profundizar en exceso en la teoría de la Economía conductual hace un repaso general a las diferentes anomalías encontradas al mercado perfecto. Es un libro de intención didáctica que, aunque no profundice, tampoco debe ser tomado como algo superficial. Abarcar mucho y apretar lo justo es una buena fórmula para un libro divulgativo. Un claro intento de hacer entender y acercar a las masas, ignorantes como puede ser mi caso, el conocimiento de las mencionadas anomalías. En este punto creo que el autor lo consigue perfectamente habiendo escrito un libro que merece la pena leer.
En la línea de otros libros por el estilo, éste viene asociado a un blog que, a diferencia de los otros, por las fechas y por lo poco que ha durado, parece más un intento de dar presencia a las ideas del autor y presentar su postura antes de la salida del libro. El punto negativo, de haberlo, sería esa campaña de marketing soterrada. Pero en realidad eso tiene poca importancia, pues el libro ha de servir, para aquel que esté interesado en la materia, como punto de partida para seguir leyendo e investigando de otras fuentes. El autor sabe lo que sabe y hace lo que puede: tender un puente. Y para el que no, ha de servir para conocerse un poco más a sí mismo y las emociones que intervienen a la hora de tomar decisiones que le pueden perjudicar económicamente. Nada como conocerse a uno mismo para evitarse disgustos.
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔