Tiembla, Arguiñano. ¡Tiembla!
Soy un absoluto negado en la cocina. Y en muchas otras cosas. Pero ser un negado en muchas otras cosas no pone en peligro mi vida, ya que ser un negado en la cocina, viviendo sólo como vivo ahora, supone poder morir de hambre o alimentarme exclusivamente de pizzas, macarrones, hamburguesas y reventarme el corazón con trescientos kilos de grasa en las arterias. Mi mujer, una santa en muchos aspectos, y genial cocinera, no me ha dado por perdido e insiste en animarme a que me lance a comer mejor, que no más. Así que para acompañar la crema de calabazas (riquísima) que tengo lista para mañana, me animó a prepararme un rehogado de setas y champiñones y unos filetes rusos. Y, tras consultarle casi cada paso por teléfono, el resultado ha sido cojonudo.
Estoy muy orgulloso. A este paso pronto podré montar mi propio programa de cocina: «yo me lo guiso, yo me lo como, y tú te jodes mirando sin probar bocado». Tiembla, Arguiñado, tiembla.
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔