Derrape cerebral intenso

¿Te ha pasado escuchar alguna vez un sonido intenso sin haberse llegado a producir realmente? No hablo de escuchar voces, en plan paranoico, sino de percibir un ruido, generalmente intenso, y no haber indicios cerca de nada que lo haya generado. A mí a veces me pasa. Me despierto de madrugada sobresaltado creyendo que el timbre de la puerta ha sonado. Y me quedo escuchando, con el corazón rebotando contra los pulmones a toda máquina, y no suena nada fuera. Rara vez ha sucedido sin haber estado dormido. Hasta el otro día. Hacía tiempo con una cerveza, un pincho de tortilla y lectura técnica, esperando a que mi amigo David saliese del trabajo para ir al estreno de Battleship. Al lado hablaban tres, más bien gritaban. Dos mujeres y un hombre. Todos comerciales, seguro, por el poco sustrato técnico que demostraban y por la cantidad de anglicismos, barbarismos y burradas con las que se llenaban la boca y hacían grandes planes de negocio. En realidad no prestaba demasiada atención porque son discursos rayados y redichos mil veces, cambiando un nombre aquí, poniendo otra tecnología allá. Hasta que la más vieja de las mujeres, con la voz también más estridente, regaló al pequeño bar/restaurante, y me arriesgaría a afirmar que a la Humanidad en mayúsculas y las próximas generaciones, con una de las frases más célebres que habré escuchado en los últimos tiempos: «Platform as a Service es la web dos punto cero». Y ya está. Y tan pancha que se quedó la señora.

Estoy casi seguro de haber escuchado un intenso, estridente, ensordecedor y brutal derrape en el interior de mi cráneo. Había terminado el pincho, el resto infinitesimal de cerveza descansaba en la mesa y el iPad estaba apoyado. En caso contrario creo que me hubiese atragantado y muerto en el acto. O hubiese perdido fuerza muscular y estrellado el iPad contra el suelo. Creo que sufrí un reset de la cola de prefetch y olvidé, del shock, los últimos cinco o diez minutos de mi existencia. O quedé inconsciente ese tiempo.

Brutal.

Por cierto, no entiendo la manía de la gente de forzar el acento cuando pasan a usar expresiones en inglés. Ese «platfoom asa serviis», dicho como si fuese nativa bilingüe de toda la vida, quedó ridículo.

Por cierto, por cierto, la de Battleship se deja ver. Y más si pagas el euro extra por las butacas deluxe y sales con un masaje relajante recibido por el precio. Con cada cañonazo y explosión que salía en la película —y son una jartá de ellos—, ganaba sentido aquella célebre frase que leí hace tanto tiempo y que empezaba con «¡Mi culo vibró…!» Agujetas tenía al día siguiente.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔