Toca hacer una pequeña aplicación para migrar desde un servicio IMAP a otro. No se puede usar alguna aplicación ya existente (que las hay a paladas), sino que hay que implementar una para soportar algunas particularidades del proceso. .NET, claro. Y no me voy a poner a implementar una de cero. Así que he hecho una pequeña búsqueda en Internet y estas son las que he encontrado:
ImapX 2 - Soporta GMail y tiene buena pinta.
Acabo de comerme, tragarme, o visualizar, como se prefiera, una mierda insufrible, producto putrefacto de eso que vienen a llamar el séptimo arte. Por muy gratuita que te la ponga en el Plan Premium de Wuaki nunca, nunca, elijas ver Los inmortales: El origen. Por aquello de ir por la vida a contracorriente, en plan intelectual rojiprogre, ufanándome de ignorar las críticas ajenas, y de que uno mismo es el rasero por el que ha de medirlo todo y tal y tal, he quedado profundamente aturdido tras 80 minutos de la bazofia más infumable que he visto en mucho tiempo.
A veces me vuelvo realmente loco intentando recordar dónde vi lo que vi y de dónde saqué la idea que saqué. Sospecho padecer el Trastorno de déficit de atención. Sin acabar de estar muy convencido de la existencia del hermano pequeño, díscolo e inestable que es el apartado de las pepinadas, y que da cabida a toda suerte de miserias, he querido darle algo más de entelequia, intención de continuidad, y apuntar por aquí, para consulta futura, para sostén de mi memoria, y por simple pedorreta intelectuoloide, lo que vaya llamando mi atención.
Que se me caiga el pito si miento, pero juro que no recuerdo cuánto hace que dejé de descargar canciones de Internet, parche en el ojo incluido. Hace mucho, eso sí lo sé. ¿Cuatro? ¿Cinco años? Es posible que seis; incluso siete. Aburguesarse implica pagar por la música, y eso es lo que empecé a hacer. (En realidad continuar, porque mi colección de CDs, sin llegar a ser portentosa, era digna de elogio para ser un estudiante pobretón).
Esta semana empezó el horario de verano. El último mes ha sido de locura. Pero de la verdadera. Hace dos fines de semana trabajé el equivalente a una semana normal. Los viernes la jornada laboral termina a las dos de la tarde y yo seguí trabajando hasta las cuatro de la madrugada. El sábado y el domingo lo mismo. Después del sobre esfuerzo parece que todo vuelve a la normalidad. Me he encontrado con las tardes libres y una vida bastante solitaria.
Tampoco es algo que resulte especialmente reseñable. Llevaba tiempo dándole vueltas a la idea. Finalmente eliminé mi cuenta de Facebook.
No, no la desactivé. Desactivar lo puedes hacer directamente desde las opciones de la administración de la cuenta. No. La eliminé completamente. Antes borré una a una las publicaciones y las fotografías que tenía desde que la abrí. Toda precaución es poca. Bueno, eliminada en teoría, porque te mandan un correo diciendo que durante dos semanas aún te puedes arrepentir.
El tiempo pasa volando. Perogrullada. No resulta tan de perogrullo que lleve seis años casado con la que sigue siendo la persona más importante en mi vida. Y menos aún que en unos meses se cumplan catorce años que comenzamos una relación. Asombroso. Algo bueno tuve que hacer en otra vida :-)
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible.
Hacía tiempo en la FNAC. Había visitado un piso en Usera, muy cuco pero caro y con engañosa publicidad que daba a creer completamente amueblado sin estarlo, y después había quedado con la casera del piso actual -y amiga- para pagarle la mensualidad. Entre una cosa y otra, frapuccino en el Starbuck y paseo a temperatura de aire acondicionado en el edificio de la FNAC que hay en Callao. Me dio por visitar la sección de fotografía y me quedé profundamente prendado de la versión en rojo vivo de la J1.
La lectura de ‘Firmin’ [mi reseña] fue una experiencia inmensa. Sobrecogedora con sentimientos enfrentados. Alegría, humor y placer por el recorrido de situaciones y bufonadas del protagonista; tristeza y pena por las penurias que su condición le regala en la persecución de sus deseos y aspiraciones y por una vida plagada de tropiezos. Una rata que, en alma, no dista mucho de la mayoría de nosotros. Diría, incluso, que más humana que muchas personas que conozco.
Pues la verdad que esperaba una mejora sustancial en el modelo de 13". El de 15" es demasiado grande para que sea realmente móvil-portátil. Me jode mucho no poder usarlo cómodamente en el avión, hablando claro. Quería un 13" con i7 quad core y ampliable hasta 16Gb. Pues no le han prestado demasiada atención y sigue siendo más o menos lo mismo. Apenas un poco mejor. Me pensaré entonces si tirar por el Air y apostar, definitivamente, por lo ligero en detrimento de la potencia bruta que tanto aprecio cuando programo.