cuentos de un cazador de instantes

Un día en Palmitos Park, Pozo Izquierdo y Arinaga, acompañado por Sulaco

La semana pasada me reincorporé al trabajo después de una estupenda semana de vacaciones. Rara vez las semanas laborales tienen algo destacable, más allá del placer que pueda ocasionarme el trabajo, que reconozco que me gusta y disfruto. Así que poco puedo decir más allá del “lo habitual” que acompaña a este tipo de vivencias y, con ello, quedaría resumido todo. Bueno sí, esta semana nadie “ha finalizado su colaboración” con la empresa.

Mi experiencia con el calendario de Fotoprix

Hace bastante tiempo ya, comentaba lo contento que estaba con el Fotolibro de Fotoprix. Mi experiencia, hasta la fecha, y con varios libros acumulados, era muy positiva. También decía entonces que andaba buscando alternativas para Mac. Sin embargo, por aquello del “más vale malo conocido que bueno por conocer”, he optado por seguir explotando durante un tiempo el software de Fotoprix, pero usando el VMWare, que tan buenos resultados me ha dado estos meses atrás para cosillas puntuales.

Resumen de la semana pasada, semana de vacaciones

Los miércoles suele ser el día reservado para el anecdotario personal; aunque también caben las cosas -¿cómo no?- que me de la gana contar. Así que hoy he decidido aburrir con un resumen breve (cuando la brevedad nos es una de mis virtudes), sobre las boberías que hice durante la última semana de febrero, que cogí de vacaciones a cuenta de días que aún me quedaban de 2008. Y me siguen quedando otros dos que, crisis mediante y si llego contratado, tomaré en Semana Santa.

Mi experiencia con la Nikon D200

He estado repasando los artículos publicados hasta la fecha y no he visto que haya hablado, ningún lunes pasado, día que suelo emplear para estas cosas, aburriéndoles con mi experiencia personal con la Nikon D200. Anotar que como primer recurso he enlazo el análisis de Quésabesde, en lugar de lo habitual, que sería enlazar al artículo de la Wikipedia, porque creo que me lo leí como diez veces antes de decidirme.

Víspera de reyes

Desde hace unos días ya tenía todo, o casi todo, comprado para la noche de reyes. No me gusta dejar las cosas para el final, pero al final siempre se queda algo. Poca cosa. Aunque en mi familia la tradición “poco” se queda siempre en “mucho”. No podemos evitarlo. Todo nos parece “poco” y acabamos regalando “mucho”. Lo llevamos grabado a fuego en nuestros cerebros y crecimos con ello. Simplemente nos encanta.

Votos para el 2009

Ayer estuve tentado de escribir la típica historia resumiendo y contando cómo había sido mi 2008. Lo que todo bloguero ‘de pro’ haría, vamos. Sin embargo, como yo no soy un bloguero de ese tipo, y dudo que de cualquier otro, preferí dejarme vencer por la vagancia y me dediqué a cosas -de esas que diría mi madre- más ‘productivas’. En el fondo tampoco es que tenga gran cosa que contar.

Estoy pensando en cambiar de cámara

Estoy pensando en vender todo mi equipo fotográfico Nikon (D50, D200, 10-20, etc., etc.) y pillarme esta. Para el uso habitual que yo le doy a la cámara, sospecho que una ‘prosumer’ me dará iguales resultados. Y es más barata. Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible.

Mi experiencia con el fotolibro de Fotoprix

Quien me conoce lo sabe -hasta el aburrimiento- y quien ha leído algo mío anteriormente ya debe estar hasta las narices de leerlo: después de la informática el hobby al que más tiempo he dedicado es la fotografía. Ambas aficiones surgieron desde edad temprana en mi vida. Desde agosto de 2002 vengo usando exclusivamente el formato digital, cuando invertí una fortuna en la Nikon Coolpix 5700, que tan buenos momentos me dió y que, en un momento dado, me hizo detestar la fotografía (pero eso es otra historia).

¡Por fin es lunes!

Ayer no hubo ‘píldora’. Estuve demasiado liado el sábado. Y la de hoy aparece con retraso. También estuve demasiado liado ayer. Pero para bien, con gusto, que “la sarna con gusto no pica”. Resumiendo, para los que no lean más allá del primer párrafo, ha sido un fin de semana espléndido, que he disfrutado como hacía tiempo que no lo hacía. Llevaba toda la semana esperando a que llegase el sábado porque quería ir a sacar fotos a los rincones de Vegueta, por donde hace ya mucho tiempo que no paseo con ese fin.

Mi experiencia con el Sigma 70-300 1:4-5,6 DG

No se le puede pedir peras al olmo (al menos al que no es transgénico), pero a un objetivo tan barato, se le puede pedir una más que decente calidad de imagen; aunque todo apueste en contra. Recuerdo que lo compré a escondidas de mi mujer, que aunque es demasiado buena conmigo (y no me la merezco), le preocupa mi tendencia a despilfarran innecesariamente y, con ello, poner en peligro la economía familiar.