'Freakonomics'
Algo ha cambiado en mi cerebro, continente y cárcel de mi pervertida mente. Esperemos que no sea algo terminal e irreversible, pero lo cierto es que hace tiempo hubiese huido, como lo haría una adolescente japonesa que tropieza con un monstruo harto de tentáculos viciosos, de un libro en cuya portada ofrece una frase del tipo “Si Indiana Jones fuera economista, sería Steven Levitt”. Sin embargo, en esta ocasión, no solo no salí corriendo sino que, además y tras leer la contraportada -diré en mi defensa-, pagué por él. Es lo que tiene hacerse viejo. En mi caso, que empiezan a interesarme -más que antes- la Economía, la Estadística, la Teoría de Juegos y este tipo de cosas que sería mejor dejar tranquilas. Ya se sabe que si coges a una serpiente venenosa por la cola es muy probable que te acabe mirando a los ojos antes de morderte.
La experiencia me ha demostrado, como supongo habrán descubierto muchos antes que yo, que un best-seller, aunque internacional, no implica que la obra sea necesariamente buena. Simplemente indica que mucha gente ha decidido tirar su dinero con él. Y ya se sabe que la gente tiene tendencia a elevar algunas obras a cotas que no le corresponden. ¿Quién me va a negar el injustificable éxito de taquilla de Torrente? Es más, en base a esa experiencia acumulada, uno llegaría a creer que si algo es popular entonces es algo que no merece la pena leer.
Sin embargo, ‘Freakonomics’ es un libro que sí merece la pena leer. Contra todo pronóstico puede llegar a resultar, en alguna de sus tesis, un libro que deje intranquilo a más de uno. Afirmaciones tales como la que sostiene que la legalización del aborto en EEUU -porque todo versa sobre ese país- fue la causa principal del descenso del crimen en la década de los 90 puede resultar, cuando menos, algo difícil de digerir si sientes aversión moral a la interrupción voluntaria del embarazo. Y esa es una de tantas otras afirmaciones que puedan resultar conflictivas. Vamos, que no parece un libro políticamente correcto para las masas. Y, pese a ello, es un best-seller.
Sé que soy un simplista, pero en el primer capítulo no pude dejar de ver una analogía entre lo que contaba y el impuesto revolucionario del Cánon Digital que nos han impuesto los últimos gobiernos y cómo eso no ha servido para nada. Cuenta la forma en que la inclusión de incentivos negativos (de esos que deberían alejar a la gente de hacer algo) se transformaron en una excusa perfecta para lavar los cargos de conciencia. No quiero reventar lo que cuenta, pero si alguien más lo ha leído que me diga si no ve, también, ese paralelismo. Aunque la verdad es que lo del cánon digital, conspiranoicosospecho, tiene mucho más detrás.
El libro está dividido en seis capítulos, que ocupan las dos terceras partes, y otro centenar de páginas con ‘material adicional’. El material adicional se trata, principalmente, de artículos copiados de los escritos en el blog, nacido con el libro. Entre ellos hay algunas aportaciones muy interesantes. La suma, aunque los últimos capítulos me resultaron un tanto tostón, hace que en su conjunto es un libro recomendable que deberías aprovechar y leer, si tienes ocasión.
Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría
Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.
Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔