recuerdos

'El lamento del perezoso'

La lectura de ‘Firmin’ [mi reseña] fue una experiencia inmensa. Sobrecogedora con sentimientos enfrentados. Alegría, humor y placer por el recorrido de situaciones y bufonadas del protagonista; tristeza y pena por las penurias que su condición le regala en la persecución de sus deseos y aspiraciones y por una vida plagada de tropiezos. Una rata que, en alma, no dista mucho de la mayoría de nosotros. Diría, incluso, que más humana que muchas personas que conozco.

Vaya, esperaba algo mejor

Pues la verdad que esperaba una mejora sustancial en el modelo de 13". El de 15" es demasiado grande para que sea realmente móvil-portátil. Me jode mucho no poder usarlo cómodamente en el avión, hablando claro. Quería un 13" con i7 quad core y ampliable hasta 16Gb. Pues no le han prestado demasiada atención y sigue siendo más o menos lo mismo. Apenas un poco mejor. Me pensaré entonces si tirar por el Air y apostar, definitivamente, por lo ligero en detrimento de la potencia bruta que tanto aprecio cuando programo.

'Cartero'

Que soy un absoluto inculto no es algo que extrañe a nadie. Ni algo que quiera ni intente ocultar. Lo soy, y punto. Tanto que no es de extrañar que, cuando un compañero de trabajo —del trabajo anterior, o sea hace ya dos años— me recomendase, sonriendo más para él que para el resto, que leyese ‘Cartero’ de Bukowski, mi respuesta fuese una pregunta: «¿De quien?». Primera vez que escuchaba mencionar a ese autor.

Hasta los superhéroes se «empujan la caquita»

Me imagino al Valera trastocado leyendo la noticia: «A Linterna Verde le van los cipotes» (aquí). Esto es «Educación para la Ciudadanía » por la vía bestia y del hardcore. A ver cómo se las ingenian los wertianos para impedir que estos comics alcancen al cándido pube, sumido en la inocencia que a su edad le corresponde, y evitar que se lo adoctrine, se le tiente e invite a participar de los amarenamientos antinátura de esos sodomitas desviados y perversos que son los maricas y maricones.

Y cuarenta

Si hay un tema del que me gusta hablar especialmente es de mí mismo. «Yo, yo y yo, es todo muy masculino» leí una vez y no sé si será cierto de forma general, pero en mi caso sí que lo es. ¿Pero para qué si no habría abierto y empezado yo este maldito sitio y encima usar «egolatría» como parte del título? ¿Para hablar del sexo de los ángeles?

El banco es el monstruo

—Y nosotros nacimos aquí. Esos que están a la puerta —¡nuestros hijos!— nacieron aquí. Y el padre tuvo que pedir un préstamo. Entonces el Banco poseyó la tierra, pero nosotros seguimos aquí, y logramos una pequeña parte de lo que habíamos cultivado. —Sabemos eso…, todo eso. No somos nosotros, es el Banco. Un Banco no es como un hombre. Ni un propietario de cincuenta mil acres tampoco es como un hombre.

'Las uvas de la ira'

Creo no errar si afirmo que me sobran dedos de una mano —y la otra entera— para contar las conversaciones que mantuve con mi tío Andrés, hermano mayor de mi padre, durante mi edad adulta —al menos la que corresponde desde el momento en que uno tiene libertad para votar y la actual—. Tampoco creo caer en el equívoco si digo que esas pocas conversaciones fueron realmente interesantes. Entrañablemente rojete él, en una de esas conversaciones me recomendó ‘Las uvas de la ira’, como ejemplo de aquello en lo que el capitalismo más recalcitrante y el neoliberalismo indolente pueden acabar.

Menudo «aterrizaje»

Aterrizaba el viernes por la tarde noche, con media hora de retraso, para pasar una semana con mi mujer y la familia y con la excusa de celebrar mi cuarenta cumpleaños. No he parado. Siempre da gusto compartir momentos con los tuyos, pero llega un momento en el que te preguntas si a esta edad es recomendable tanto exceso… A ver si el resto de la semana descanso de verdad. Y restauro el equilibrio endocrino.

Más God of War

¡Madre mía! Vía Vida Extra acabo de ver un vídeo del modo multijugador del próximo God of War. No me mola mucho lo de la idea multijugador, pero los gráficos son la repera. Lo de partirle la mandíbula de un tajo al gigante es acojonante. Promete horas de diversión salvaje. Es que sacan lo peor de mí. Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Sobremesas cómicas

Lo bueno de tener un Mac Mini junto a la tele es que tienes una ventana al mundo. Así, después de comer, para la sobremesa cuando los amigos de Getafe mandan a los niños a la siesta, amenizamos la sobremesa consultando Internet y buscando aquí y allá. Lo último es cómicos bajo demanda. Se corre la voz de uno bueno y buscamos y vamos viendo este y aquel. Una forma magistral de pasar la tarde.