vidas pasadas

Ataque puntual de aburrimiento

En la poco más de una semana que llevo en Madrid, es la primera vez que me siento aburrido. Ha sido una semana muy intensa y, en este momento previo a irme a la cama un domingo por la noche, he tenido ganas de no estar aquí y estar en casa con mi mujer. Vaya gilipollez. Una ducha calentita y a leer, qe es como se superan estas crisis. Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Mi trasero vibró...

Mientras ella estaba cocinando, uno de los hombres entraba en la casa y, después de un breve y poco convincente diálogo, los dos se liaban apasionadamente allí mismo, en la cocina. Y antes de que ella se diera cuenta de nada, el otro jardinero se había sumado a la acción y la había penetrado rudamente por la puerta de servicio. Y esto daba lugar a la frase de ficción erótica más memorable que nunca recibimos: «¡Mi trasero vibró con el orgasmo!

Retales de sabiduría

Hacía tiempo que andaba buscando una forma cómoda de organizar, mantener y -lo que es más importante- crear anotaciones de aquellos párrafos que me resultan especialmente dignos de ser recordados y retenidos para un futuro disfrute. Algún mecanismo con el que vencer la desidia que, por ahorro de esfuerzo, consigue que se olviden al poco de ser leídas las palabras. Esas que he venido en denominar «retales de sabiduría» aunque su contenido diste en muchas ocasiones de rayar la categoría de «apto para sabios».

¡Qué calor!

Venirse a Madrid pensando que iba a pasar frío y encontrarme con tanto calor como el que había en Las Palmas tiene mérito. Y es muy jodido. Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal. Por último pedir diculpas por el contenido.

Enviado desde mi iPhone: Continúa mi apuesta por la manzana

A sabiendas de que a mi vuelta tendría que pasar una larga temporada en Madrid, volaba hacia Florida con varios artículos que quería comprar allí y traer de vuelta conmigo, aprovechando la debilidad del dólar. Y no, no me refiero a ropa de marca. En particular, quería hacerme con un MacBook Pro de 13" y un iPhone 3Gs de 32 GB desbloqueado. Además de pillarme el Snow Leopard en pack familiar.

Jet Lag prorrateado

No hace ni tres días que he llegado de un viaje a Florida. Con mi sistema nervioso aún adaptándose a las cinco horas de diferencia e intentando reponerse de las 24 horas de viaje puerta a puerta que supuso regresar, ando con la mente puesta en mi próxima estancia de larga duración en Madrid. No se sabe exactamente cuánto tiempo estaré. Puede que tres meses. Puede que seis. Tal vez un año.

Llevo un día...

… y ya estoy hasta los cojones de la ortodoncia. ¿Quién me mandaría a mí meterme hierros en la boca cuando ya voy camino de los 40? Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal. Por último pedir diculpas por el contenido.

'La paradoja'

Si todo ha ido relativamente bien en el viaje a Orlando, Florida, a primera hora de la tarde de hoy debería estar aterrizando en la isla que me vio nacer. Ello significa, inevitablemente, que mañana retomaré mi vida laboral y que, salvo que acontezca algo inaudito, en unos días, tal vez en no más de una semana, tenga que mudarme a Madrid. La estancia se prevé, con carácter de hipótesis, de una duración de seis meses.

'Superplagas'

La Tierra es un lugar sorprendente. A nada que inviertas un poco de tiempo en mirar a tu alrededor, y salvo que vivas en una burbuja aislado del resto, encontrarás material suficiente para asombrarte. Y es que, en el fondo, no prestamos atención a nada de lo que nos rodea. Salvo, tal vez, cuando hay algo tan anómalo que no podemos evitar fijarnos en ello. Uno de estos fenómenos al que no podríamos evitar prestar nuestra atención, aunque nos esforzáramos en ello, es el de las plagas.

'Travesuras de la niña mala'

Cuando me senté a hacer una breve reseña del libro ‘Travesuras de la niña mala’ lo primo que me vino a la cabeza son los desternillantes «resúmenes julay» que hace sulaco en sus entradas sobre películas. Plagiando esta técnica, diré del libro «un julay quinceañero se enchocha de una niña mona y se pasa cuatro décadas intoxicado por comer marisco en mal estado con regusto a plástico». Tampoco se me ocurre nada mejor.