Tesoros perdidos reencontrados (II)

Rezan que la amistad es un tesoro que no debe perderse. ¿Pero quién no se deja llevar, en algún momento u otro, por las mareas de lo cotidiano y se olvida de levantar el teléfono o de enviar un correo para saber de la otra persona? Suerte que a veces nos percatamos y hacemos cuanto podemos para nadar contracorriente con tal de buscar un rato, un instante, para ver las caras de viejas amistades.

Tesoros perdidos reencontrados (I)

La llegada del iMac a mi vida ha venido acompañada, en parte de forma casual y, por otra, de forma intencionada, de un período en el que me he estado revolcando, cual cerdo hace en el barro, en objetos, escritos y cosas -en general- que vienen de mi pasado. Me he (re)encontrado con cuentos -muchos incompletos- que escribí hace dos décadas. He tropezado con negativos escaneados en un antiguo escáner que ya ni recordaban que existían.

El ego es malo, pero a veces gusta

Y es que no lo puedo evitar. Esta mañana, al abrir mi correo de Gmail, me he encontrado un correo Flickr de una desconocida, de nombre Emma Williams. En él me invitaban a permitir usar una de las fotos que saqué en París, con licencia Creative Common, para la guía Schmap. Me molesta ser tan poco inmodesto, pero me ha encantado que la hayan seleccionado, aunque sea para la final.

Mi viaje al universo Mac

Mi deseo de tener un Mac se remonta a mucho tiempo atrás. Antes del matrimonio Apple e Intel. Cuando tenía un Commodore Amiga y estaba enamorado de la familia de procesadores 68000 de Motorola. Uno de los mejores juegos de instrucciones que recuerdo. Pero no tenía sentido. Nadie en su sano juicio usaba un Mac como ordenador multiuso en 1990, cuando compré (o mejor dicho, me compraron) mi promer PC, un 386 con apenas disco duro (¿20 Mb?

Dos semanas y contando para las vacaciones

Este año voy a coger vacaciones en agosto. Largas. Desde el día 13 al 1 de septiembre desapareceré. ¡Y qué ganas tengo de desaparecer! Diez días hábiles quedan. No más. Luego dos semanas y media para desconectar. Hartos ya, mi mujer y yo, de coger un barco o un avión, en cada ocasión que pillamos unos días, hemos decidido quedarnos en casa. A descansar. En agosto. Cuando todo cristo viviente anda por ahí viajando o hiper-poblando hoteles y apartamentos, y la ciudad parece tener la mitad de la población que de costumbre, será nuestra mejor opción quedarnos en casa.

Volvemos a empezar

Aquí estoy, de nuevo, intentándolo por enésima vez (realmente van cinco con ésta). Esta vez en blogger, aprovechando que soy un googolita de pro. Tal vez por cambiar de proveedor del servicio crea que va a ser diferente… A ver cuánto dura la experiencia esta vez. Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible.

Fin de la emisión

Esta entrada ha sido recuperada gracias a Wayback Machine de un blog que mantuve en La Coctelera. Llevo ya un tiempo buscando la forma de explicarlo. Quería un post corto, pero al mismo tiempo sumamente explícito, con todo tipo de detalles. Sin embargo creo que aplicaré aquello de cuanto más rápida sea la despedida, mejor. Principalmente para evitar el aburrimiento del lector. En fin, que no terminaba de encontrar mi estilo en la blogosfera (y ya van varios intentos desde 2005) y, para ser un mero repetidor de cosas que acontecen y de citas de otros, casi que opto por dejar de alimentar éste mi último blog (el resto los abandoné hace mucho).

Edificio Meneses (Madrid)

Esta entrada ha sido recuperada gracias a Wayback Machine de un blog que mantuve en La Coctelera. Mañana domingo vuelvo a Madrid para una jornada de trabajo. A primera hora del lunes comité de dirección, y luego ronda de reuniones con los diferentes responsables para tratar multitud de temas. Va a resultar divertido. Y mientras repaso mentalmente los temas a tratar, dejo foto sacada el último día de las tres semanas que que pasé allí en junio.

El burro

Esta entrada ha sido recuperada gracias a Wayback Machine de un blog que mantuve en La Coctelera. Esta semana la he empezado entregando la carta de despido a una compañera, la única chica que tenemos de momento en la delegación de Las Palmas. Pese a sus circunstancias personales, que podrían significar una absolución, recibió el castigo máximo. No me apené y tampoco me arrepiento de haber consensuado el despido con el resto de responsables en este asunto.

"aisatsu no kotoba" o la dominación global

Esta entrada ha sido recuperada gracias a Wayback Machine de un blog que mantuve en La Coctelera. Pasado el ecuador -hace ya un par de meses- del año 2007, creo estar en disposición de asegurar que este, cuando concluya, habrá sido un buen año para mí. Y lo digo aún corriendo el riesgo de que se tuerza y se acabe jodiendo, que nunca se puede saber. Pero, desde luego, pasados ya ocho meses, no ha ido muy mal y, sospecho, aunque se tuerza, al acabar la balanza aún seguirá siendo positiva.