Para La Gomera, dicen que te vas


Esta entrada ha sido recuperada gracias a Wayback Machine de un blog que mantuve en La Coctelera.


Pues sí, mañana.

Por fortuna, y un cúmulo de circunstancias, he podido coger una semana de vacaciones nada más haber entrado en la empresa. ¿A que mola? Como en esta empresa se cogen días hábiles, 22 al año, ya me tocan 3 por el tiempo que llevo. Además, el 25 de junio, fue festivo en Las Palmas, pero no en Madrid, así que me lo debían. Con todo ello, sumo tres días hábiles que me corresponden, más la compensación del 25 y que el 15 de agosto también es fiesta y me voy una semana. ¿Para dónde? Pues para La Gomera, que dicen que es una de las islas más bonitas del archipiélago Canario y aún no la he visto.

Desde que lo confirmé con la dirección, mi mujer y yo hemos estado buscando para ir a París, a Amsterdam o a Oslo, y a último remedio Londres, pero estaba todo imposiblemente caro o la combinación de días/vuelos no nos merecía la pena. Los precios más o menos buenos -que todo es muy relativo- son desde Península, y salir desde Gran Canaria en ciertos días clave encarece todo. Mucho. Y todo multiplicado por dos; por ir con mi mujer, claro. De varios intentos que hice mirando en web’s de viajes, Amsterdam se nos quedaba en casi 2000 € por 5 noches y 4 días (llegada por la noche, bastante tarde, y vuelta a primera hora de la mañana). Muy caro para unas vacaciones casi improvisadas.

Así que al final conseguimos un sitio interesante, el tiempo que más o menos queríamos quedarnos y a un precio muy bueno: unos 500 € los dos (250 € por cabeza). Iremos en barco y nos hemos gastado unos 90 € para ir y volver los dos (el precio es el total, no individual), sabiendo que sumando son unas tres horas para ir y tres para llegar, haciendo escala en Tenerife, pues nos compensa sobradamente.

Por tanto, queda disfrutar de esta semana que viene, que me la voy a pasar entera entre Tenerife (2 días y 2 noches) y La Gomera (5 días y 4 noches).

Eso sí, me he enterado recientemente que en La Gomera hay viudas negras. Y no me refiero a mujeres de color que lloran a sus difuntos maridos. Me refiero al bicho de ocho patas famoso por mandarte al otro barrio cuando te da un “beso”. Leyendo parece que esta variante raramente es mortal, pero que te puede dejar secuelas el resto de tu vida. Siempre he padecido un poco de aracnofobia, que de viejo se está convirtiendo en “bichofobia” en general. Me llevaré el objetivo macro, por si puedo sacarle una foto antes de la mordedura y por si logro contar el encuentro.

Que tengan una muy buena semana todos.