No queda mucho que pueda recuperar

He dedicado la mayor parte del día de hoy a bucear por Wayback Machine buscando la forma de recuperar cuanto pudiera de aquellos años. Bastante infructuoso. Hay referencias en el archivo del blog encefalogramaplano, pero casi ninguno lleva a un contenido salvado. Los pocos que aún he podido visitar, mayoritariamente eran fotografías que ya no existen. Todo anterior al uso masivo de Flickr. En el caso del blog personal no queda siquiera el archivo y he ido rescatando lo que aparecía en la página principal de cada fotografía que aparece en el historial de crawling.

He ido copiando a mano todo lo que he podido ir rescatando y los he añadido a este nuevo engendro. Aún quedan cosas que creo que puedo rescatar desde encefalogramaplano, pero diría que muy poca cosa. De todas formas, releyendo lo poco que he rescatado y los títulos de los posts que aparecen en el archivo, la verdad que puedo decir, categóricamente y con poco margen de duda, que escribo basura, principalmente. Así que casi es un alivio que haya desaparecido la mayoría 😅. Al menos por un lado. Por otro es cierto que es «mi basura» y me gustaría conservarla. Pero creo que el algoritmo ha sido lo suficientemente inteligente para decidir que eso en realidad me humillaría más que enorgullecerme.

Los amigos que leía en aquella época parece que han corrido mejor suerte. Me he pasado un buen rato re-leyendo parte de los escritos de AdAstra, de Jomis, de Mafalda y yo y de alguno más. A ellos sí merece la pena leerlos y me alegro de que el archivador los haya tratado un poco mejor, aunque hay mucho que ya no se puede leer. No sé si ellos estarían igual de satisfechos con este hecho, sabiendo que en cualquier momento un tipo como yo puede escarbar en aquellos pensamientos y comentarios que lanzábamos a lo loco y sin complejos hace casi quince años.

Después de esto intentaré implementar un script, supongo que en F#, para mover todo el contenido de Píldoras para la egolatría y añadirlo a este. Al no haberlo eliminado, aún estoy a tiempo. Creo. Otra cosa es que merezca la pena el contenido. Pero como escribí hace un momento, «sé que es basura, pero no deja de ser mi basura».

Por cierto, como no recuerdo el nombre del primer blog que monté en La Coctelera, ese lo doy completamente por perdido. Toda mi producción de 2005 hasta que empecé encefalogramaplano queda oficialmente desaparecida. Junto a la no recuperable, claro. También es cierto que no esperaba llegar a recuperar nada de nada, dado que La Coctelera desapareció hace muchos años y, hasta la fecha, ni me había preocupado.

En fin, ha sido agradable dedicar el día de hoy a hurgar en la nostalgia. Pero debo dedicar el poco tiempo que me queda de vacaciones —de eso igual hablo mañana— a algo más productivo. Que llevo dos semanas sin poder hacer —casi— nada de lo que quería hacer en estas vacaciones. Como pasa siempre. Aunque diré en mi defensa que esta vez no ha sido enteramente responsabilidad mía. Las obligaciones han sido otras e igualmente ineludibles. Desde el día 22 de octubre prácticamente no había tenido tiempo de tocar el ordenador hasta ayer. Pero lo dicho, eso es otra historia.