Tardes de sofá: ¡Por favor, no veas Flash Gordon!

Querido lector, aunque tengo en poca estima tu capacidad intelectual, porque te tragas lo que te echen en la televisión, te ruego, no, te suplico de rodillas, que por favor no veas la serie de televisión Flash Gordon. Estoy convencido que no solo produce calentamiento global innecesario, también hace a la gente más idiota. Y tú ya estás en el límite que te diferencia de una ameba. ¡Por favor, no sigas por ahí!

Como buen ciudadano moderno, que tiene varios ordenadores en casa, suscrito al canal ADSL, el de la gran mentira de la banda ancha, desde hace una década y, como gran seguidor de la causa friki, no podía hacer menos que visionar el primer capítulo de la mentada serie. Horrorizado, no, espantado me quedé tras tragarme, respirando por la boca, que la nariz la tenía congestionada por la pestilencia de lo visionado, el primer capítulo, o lo que le dicen ‘piloto’. ¿Piloto de qué, de inmunda podredumbre?

Fue tan horripilante la experiencia de ver el piloto -o primer capítulo-, que hasta he llegado a creer que la película de Flash Gordon, que pese a su banda sonora de Queen era una bazofia intragable, resulta ser una obra maestra del cine moderno de aventuras y ciencia ficción.

Solo alcanzo a creer con absoluta firmeza que la producción de esta serie debe haber significado el exterminio de decenas de especies desconocidas en el universo, porque algo tan ruin es imposible contenerlo dentro de nuestra atmósfera y se debe proyectar, muy a nuestro pesar, por los agujeros de gusado y las arrugas del espacio y del tiempo, devastando cual Atila, todo a su paso. ¿Recuerdan el comienzo de la película Contact? Cualquier raza superior que reciba las ondas electromagnéticas fugadas de la Tierra, portando en ellas la emisión de tamaña aberración, estará abocada a morir autoexterminada. ¡Socorro!

Su visionado no solo daña seriamente el humor, también produce mutaciones genéticas, tumor cerebral y un deterioro absoluto y permanente de la capacidad cognitiva y de la coherencia racional. Es un producto que empeora la especie y, si mis temores conspiranoicos no andan mal encaminados, debe ser el instrumento de tortura y previa invasión de unos ETs con muy mala hostia y aliados con lo peorcito del gobierno estadounidense (aquí tienen la verdad la Scully y el Mulder). Mientras la sufres tan solo alcanzas a desear arrancarte los ojos para dejar de sufrir.

Los actores son intragables, y junto a un guaperas con cara de huevo kinder tenemos a una tipa que va de guapa pero que es un callo malayo adefésico, sin olvidarnos del típico científico rarito de cojones y medio amorfo que lleva sin mojar el churro desde que fue óvulo, lo que explica que al final no solo sea increíble que tremendo reptil humano tenga un cociente intelectual superior al de la media, sino que además resulta evidente que es un lerdo absoluto al que debe haber repudiado hasta su madre. No me extraña que los estadounidenses, siendo capaces de ver este tipo de series, se tragasen el cuento de las armas de destrucción masiva iraquíes. Si es que se lo tragan todo.

No logro imaginar qué puede ser más destructivo para una especie supuestamente inteligente que visionar esta serie. ¿Se imaginan miles, millones, de personas sentadas delante de sus televisores de plasma fullhachedemilochentape siendo intelectualmente mutilados al contemplar, fotograma tras fotograma, esta inmundicia? Lo siguiente que harán sera abrir blogs. Y así nos va.

¡No lo hagas, por dios bendito y los cuernos de tu madre! Salvo que desees la extinción de tu especie, no se la recomiendes ni a tus peores enemigos. Una vez comienza, ya no hay vuelta atrás. Cualquier cosa, hasta matar a tu jefe o ayudar en las labores doméstica, es mejor que ver otro capítulo de esta serie. En última instancia déjate sodomizar, sufrirás menos.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔