Tardes de sofá: John Doe, tal vez sí, tal vez no

La serie de televisión John Doe cayó en mis manos hace bastante tiempo (¿un par de años, tal vez?) y me enganchó desde el primer capítulo. Hoy te invito a que te plantees seriamente, de cara a un fin de semana más, a olvidarte de pasar la mopa por tu casa y dedicarte al hedonismo más puro y absoluto. Tus arterias te odiarán un poco más por cargar con tanta obstrucción por grasas saturadas.

Con unos años ya de antigüedad, y una única temporada producida y emitida, como todas las series, tiene altibajos más o menos pronunciados, ofreciendo capítulos interesantísimos junto con algunos que preferirías olvidar haber visto.

Con un personaje que lo sabe todo de todo (al menos lo cognoscible), pero que de fumar tanta maría ha dejado de ver las cosas en colores y ha olvidado hasta las juergas con los colegas en el bar, la serie discurre entre el existencialismo patatero y la investigación de casos de homicidio, mayoritariamente, sin demasiada conexión aparente entre ellos. Todo ello dibujando de fondo conspiraciones y contra-conspiraciones de perversos grupos de interés (seguramente patrocinados por banqueros) que no terminas de entender muy bien para qué están y que te podrían hacer pensar que es mejor dedicar tu tiempo a otra cosa. Pero la combinación consigue su finalidad: entretener. Que es de lo que se trata siempre. ¿O no?

En cuanto a los actores, pues como siempre. Los hay que consiguen hacer creíble sus papeles y otros que te hacen llorar, como cuando pelas cebolla, de lo malos que son. Estos últimos suelen morir en cualquier momento de la serie. Preferiblemente enterrados vivos. Lástima que sea una ficción, que se merecen eso y más por ser tan malos.

Una lástima que no llegasen a cerrar la historia y se cancelase después de emitir la primera temporada. En Internet podrás encontrar, sin embargo, la explicación para los superpoderes del daltónico héroe protagonista. Otra cosa es que quieras creértelo.

En fin, que si te van las historias policiacas, en este caso aderezadas con un enterao de los cojones, y con una trama de fondo tipo expedediente X existencialista ('¿de dónde venimos?', ‘¿a dónde vamos?’, ‘¿por qué no puedo dejar de ver porno?’, ‘¿por qué envidias al amigo por la novia tan buena que tiene?’, y cosas semejantes), y le das un poco de cancha a los momentos ‘culebrón’ que nos meten en todas las series, entonces ésta será una serie que te hará pasar un buen rato. Al menos conseguirás olvidarte de lo mal que lo vas a pasar cuando no puedas pagar la hipoteca.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.

Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔