Enviado desde mi iPhone: Continúa mi apuesta por la manzana

A sabiendas de que a mi vuelta tendría que pasar una larga temporada en Madrid, volaba hacia Florida con varios artículos que quería comprar allí y traer de vuelta conmigo, aprovechando la debilidad del dólar. Y no, no me refiero a ropa de marca. En particular, quería hacerme con un MacBook Pro de 13" y un iPhone 3Gs de 32 GB desbloqueado. Además de pillarme el Snow Leopard en pack familiar. Ya tengo dos Mac en casa y la diferencia entre la licencia sencilla y el pack de cinco eran veinte dólares. En total 34 € al cambio. No he tenido tiempo de instalarlo aún.

En dos intentos, en dos tiendas Apple distintas, una en Orlando y la otra en Miami, la respuesta fue algo así como «búscate la vida» si lo que pretendes es que te pongamos un teclado en español en la MacBook. Estuve a puntito de comprarlo con el teclado en su configuración americana y pagar a la vuelta para que lo sustituyeran por uno que tuviese la letra eñe. Obviamente eso tenía algunos «peros» que me disuadieron. En cálculo rápido iba a perder cualquier beneficio monetario por comprarlo en los USA, amén del año de garantía que dan allí. Regresé a territorio nacional con la idea de aprovechar los descuentos a estudiantes. Ya veremos.

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Para obtener el segundo objeto del deseo, pregunté en varias tiendas que, para los que se criaron en la ciudad de Las Palmas, recuerdan mucho a las «tiendas de indios». Donde más barato lo encontré lo vendían a 400$. Con descuento «por volumen». Pero no lo tenían en ese momento. En otras saltaba ya a los seiscientos dólares. Otra vez el asunto del tiempo de garantía, que en España son dos años, y que igualmente tendría que suscribir un plan de datos a la vuelta, fueron los motivos que me hicieron desistir en el empeño. Volví con las manos vacías.

Tengo la sensación de que todo esto suena como si hubiese viajado tan solo por los cachivaches, lo que no es justo ni cierto. Pero dado que los compañeros de viaje demostraban cierta predisposición a disfrutar con interminables visitas a centros comerciales, intenté aprovechar la estancia para insistir en mi búsqueda. En general soy de los que al primer «no» dejan de persistir. Hay cosas mejores a las que dedicar un viaje que andar de tienda en tienda buscando algo que satisfaga el anhelo consumista. ¿O no lo hay?

Pero la premura de venirme a Madrid y no tener forma inmediata de mantener contacto con amigos y familiares, me ha empujado a pillarme la oferta de Movistar. Claro que puedo seguir contactando por teléfono o por SMS, pero soy de mucho correo electrónico e Internet, que no sé cuando podré tener en el piso que me alquiló la empresa. La misma que tiene restringido el uso de la «red de redes» por su personal en los equipos de trabajo. Necesitaba algo con lo que mantener contacto escrito durante las primeras semanas. Amén de organizarme y navegar, consultar en qué calle estoy y la ruta para llegar a donde quiero, horarios de metros, RENFE, y todas esas pequeñas cosas que uno necesita cuando se encuentra en una ciudad que no es la suya y camina medio perdido escuchando su música favorita. Y si, además, te permite leer algún libro o echar una partida algún juego sencillo mientras vas en transporte público, mucho mejor. A poder ser, todo ello metido en el mismo dispositivo y que no pese demasiado.

Cuatrocientos euros y una «tarifa plana» raquítica de quince euros, con compromiso de caballero por mi parte de fidelidad durante los próximos veinticuatro meses, y muchísimas dudas acerca de la fidelidad que demostrará la otra parte contratante -se leen muchas cosas horribles en Internet-, permiten que ahora esté escribiendo esto desde una pequeña virguería tecnológica. Sintiéndome como un niño con juguete nuevo, aún es pronto para saber si ha merecido la pena, pero no me odien mucho si a partir de ahora la firma de mis correos lleva el texto «escrito desde mi iPhone».

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.

Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔