'¡Chúpate esa!'

En la última década parecen haberse puesto de moda dos cosas: los no-muertos, especialmente en sus sabores de zombies y de vampiros, y las ediciones seriadas de cualquier tema, en especial en forma de trilogías. En combinación, parece que lo que más gusta son las trilogías de vampiros. Al menos tres son los libros que lleva publicados Christopher Moore, autor prolífico especializado en situaciones absurdas en torno a monstruos y seres sobrenaturales, sobre vampiros y sus quebraderos de cabeza. No es fácil ser un vampiro, no, y ‘¡Chúpate esa!’, continuación de ‘La sanguijuela de mi niña’ [mi reseña], ahondará en las cuitas que supone la existencia a un ser cuya mayor y única adicción es la sangre. A poder ser la de otros.

image without alternative text Para que una cosa sea catalogada o etiquetada de continuación, y merecedora de tal honor, debe contener algo, en su cuerpo, en su esencia o al menos en espíritu, que la relacione con la primera, cronológicamente hablando. En este caso lo es todo. Aparecen los mismos personajes (me arriesgo a decir que absolutamente todos) que sobrevivieron a la primera parte, y alguno más. Entre los nuevos aparece Abby, secundaria de importancia y narradora vital en esta novela y que también es recurso narrativo, menos importante, en otra de las novelas de Christopher Moore: ‘Un trabajo muy sucio’ [mi reseña]. ‘¡Chupate esa!’ es un crossover ficcional [@ Wikipedia] con la novela sobre el trabajo de recolectar almas. Y, aunque hay cosas que no terminan de encajar completamente, sí que hay algún guiño a la historia ‘Un trabajo muy sucio’ y que tal vez sólo pilles si la has leído. Aunque es totalmente irrelevante para la historia de Abby y del resto de personajes de esta narración. También aparece un pitufo (o mejor dicho una pitufa) que en algún momento traerá de cabeza a buena parte de los personajes. Y después de despertar la curiosidad con la mención del ser de marcada tonalidad azul, dejo que el interesado averigüe de qué se trata leyendo la historia. Si es que al finalizar de leer esta reseña — o lo que sea que es este conjunto de frases y despropósitos— se decide a ello.

Lo menos que se puede decir de una novela de Christopher Moore es que resulta divertida. ‘¡Chúpate esa!’ lo es bastante, incluso mucho, en algunos instantes concretos. Sin embargo, en la mayor parte de las páginas no pasa de divertimento ligero. En mi caso, incluso, hubo momentos en que llegó a entreverse la sombra del aburrimiento. En pocos casos, sí, pero ahí estuvo. Pero en valoración neta, habré de decir que la novela, en su conjunto, es entretenida. No faltarán situaciones —incluso razonamientos y fantasías de algunos de los personajes más seriamente intoxicados por drogas varias— que rayan lo irrisoriamente absurdo, algo en lo que Christopher Moore, a quien no podrá dársele un nobel por su prosa, sí consigue plasmar e hilar con maestría.

Tiene una suerte a veces… Yo podría ponerme a hacer el pino y a tocarme la almeja encima de la mesa de la cena, y mi madre sólo me diría: «Cariño, la navidad es para estar en familia, tenemos que estar todos juntos» y me haría acabar delante de todos.

Aun resultando entretenida —al menos a ratos— es quizás la peor novela de las que he leído hasta el momento de Christopher Moore. Al menos para mi gusto. Debe ser que esto de los vampiros no termina de engancharme como al resto de la Humanidad. Mi recomendación es no dedicarle tiempo a esta historia, salvo que se haya leído el primer libro y se tenga curiosidad por conocer cómo continúa la relación entre los protagonistas. O que se tenga la sana intención de leer el siguiente de la trilogía vampírica que ha escrito el autor. Supongo que yo sí la leeré; cuando salga en edición de bolsillo o caiga en mis manos por vías menos lícitas. También podría resultar atractiva para alguien que le vaya mucho el tema de los no-muertos chupasangre. Pero en este caso avisar que menos seria, esta obra es de todo. Así que podría irritar a los fanáticos y devotos de Nosferatu por su irreverencia con los señores de la noche. No es un tratado de vampirismo. Por último mencionar que también cabe la posibilidad de que yo no haya sabido descubrir el intrincado trasfondo existencialista a esta historia en concreto y resulte ser una maravilla de la literatura burlescofantástica. Esto es una lotería, así que el que decide eres tú. ¿Te lo leerás o no te lo leerás? Por si acaso, ahí queda mi recomendación. Siempre sirve de alternativa, eso sí, si ya se han leído todos los que he recomendado, y todos los que catalogo como must read.

Para concluir, aprovecho para &$@#*-me en el que decide los títulos de los libros al traerlos al mercado español. Que alguien me explique qué tienen que ver los títulos originales, ‘Bloodsucking Friends: A Love Story’ y ‘You Suck: A Love Story’ con los correspondientes al mercado nacional. Siguiendo la pauta, supongo que a ‘Bite Me: A Love Story’, la tercera parte de las andanzas de la fauna particular que habita en estas historias, lo llamarán en casa ‘¡Ponme la pierna encima!’ o algo aún peor. Tal vez ‘¡Dame con el pepino!’. Si es que con tal de vender…

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔