Canción con olor

Dicen que hay olores que disparan recuerdos. Hoy comprobé que también hay sonidos que disparan olores (ya puestos a hablar del olfato). En la sorpresa en tren del día de hoy, sonó este clasicazo:

Esta canción huele a verano en el campo con mis abuelos. A un mes en El valle de Agaete. A amistad sincera de los niños que acaban de conocerse y saben que tienen poco tiempo para divertirse juntos. También a romance adolescente (o de pubertad tardía) e inocente. Huele a Noelia y sus trece años. Tonta pero rematadamente guapa. Y, sobretodo, huele a mis quince años y la rebeldía de no saber cuál es mi sitio en el Mundo.

Pero también me recuerda al final de la magnífica película Escuela de genios:

En mi próxima visita a Las Palmas rebuscaré en el cajón de los DVD, que debo tenerla aún.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.

Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔