Desinhibición matutina

Con esto de andar todo el día escuchando música con los auriculares, tengo la sensación que estoy perdiendo demasiada capacidad auditiva. Teniendo ya un olfato (y el gusto, por estar estrechamente relacionados) y una miopía que podrían considerarse en grado de minusvalía, no resulta apetecible quedarme también sordo. Así que hoy opté por viajar en tren escuchando el ruido ambiente —e innatural—. ¿Por qué la gente es tan desinhibida que cuenta sus intimidades en voz alta? Nunca me había planteado la ginecología como profesión, pero ahora mismo tengo un vívido recuerdo de los problemas vaginales, y los bultos que le extirparon en consecuencia, de la chica que viajaba al lado, y que le impedían quedarse embarazada, aunque tenía constantes retrasos. Su narración, que contaba a su compañera de trabajo —o lo que fuera—, de los sucesos era tan sincera e intensa y cargada de detalles, que a uno —a mí— le costaba concentrarse en la disertación biológica que ando leyendo estos días. Por cierto, su segunda hija es un primor.

Creo que mañana volveré a enchufarme los auriculares, así pierda los tímpanos y se me salten los ojos por la vibración sonora intracraneal.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.

Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔