Recuerdos de antes de la caída de Megaupload

Ay, qué gratos recuerdos los de no hace tanto. Aunque la verdad que parece que hiciera ya un siglo. Aún empezábamos la segunda década del que se imaginaba prodigioso siglo XXI. Ninguno de los que crecimos leyendo Ciencia Ficción, de la generación que vivió la normalización de la televisión en las sobremesas y las cenas, dudaba ni un instante que allá por el año 2012 cada uno tendría un cohete aparcado en la ventana y que tendríamos dispositivos bajo la piel que nos comunicaría con cualquier persona en cualquier sitio sin requerir de andar girando una rueda con números. Todo se controlaría con la mente. Finalmente no fue así, pero lo compensaba el poder acceder a multitud de contenido en formato digital que, aunque feo, era completamente legal. ¡Ay, dónde quedaron aquellos derechos de copia privada y poder pasarle a los amigos copias de tu disco duro! Eso fue antes de los disturbios de Valencia, donde el PP, que luego se convirtió en el partido Defensores de la Germanoespaña Una y Grande (DGEUG) y, como última medida de su mandato, abolió las elecciones democráticas e institucionalizó la práctica de aporreo a la ciudadanía únicamente para mantenerla ágil y en forma. Entre tanto, y cuyo signo de mayor relevancia fue la caída de Megaupload, se prohibió el uso de Internet de forma libre, copiando el éxito del modelo chino. El DEUG obligó a que todos los ordenadores que se vendiesen viniesen con un chip de control de uso de Internet. Ya nada sería anónimo, y el acceso a Webs insidiosas o de contenido protegido eran duramente castigadas. Como hicieran la Unión Soviética en el siglo XX con Trotski, en Germanoespaña se prohibieron los escritos de Ignacio Escolar y otros autores de pensamiento rojiprogre. Cualquiera que fuese sorprendido accediendo a sitios de esta calaña o propagando su discurso, sería duramente castigado. La cosa fue empeorando. Si levantabas la cabeza para mirar las nubes que se formaban, y bajo la excusa de ocupar indebidamente la acera, cortando el tráfico, varios policías sin identificación visible te abrían la cabeza a porrazos. Luego te llevaban al hospital y confiscaban tu historia clínica para que te despidiesen en el trabajo. Si te despedían del trabajo, el Ministerio de Trabajo y Empresarios exigía una multa que tus herederos debían soportar. El miedo siguió creciendo. Y, cuando ya nadie se atrevió a rechistar, se restableció la práctica del tiro en la nuca y el entierro rápido en las cunetas. Por eso de continuar con Las Buenas Prácticas de Nuestra Memoria Histórica. Y las corridas de toros. Todo ello simplemente se había aletargado cuarenta años. Como un virus latente, un mal herpes, se reactivó cuando se presentaron las condiciones adecuadas, las justas y necesarias para cualquier patógeno oportunista.

Antes de todo eso yo disfrutaba descargando series usando vagos.es, libros técnicos desde wowebook.me y literatura de epubgratis.me o papyrefb2.net. Realmente inocuo, por más que inventasen informes falsos y se rasgasen las vestiduras. Curiosamente la musica, las aplicaciones para el ordenador y las películas las compraba originales siempre. Y muchos libros. Pero el ejercicio de libertad que suponía descargar esas cosas, no se ha vuelto a vivir. Y las próximas generaciones siquiera sabrán lo que era poder prestar un libro. Únicamente me queda el recuerdo.

Qué tiempos. De todo aquello ya no queda nada. Ninguno de esos sitios existe. Y, si existen aún, El Gran Proxy-Hermano los esconde de cualquier búsqueda. Para los que quedamos dentro, no existe igualmente. Todo ha sido sustituido por el miedo. Y, sin embargo, el Ministerio de Educación para la Ciudadanía Libre, repite hasta la saciedad que ahora somos más felices y que Germanoespaña va bien.

Callen, callen, que estoy practicando para lo que se nos viene encima.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.

Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔