Compras del fin del mundo, caprichos eternos

Mi jornada laboral empieza siempre sentándome en mi puesto de trabajo —hoy teletrabajo, en pijama además— y repasando los eventos más importantes del día. O sea, leyendo el correo. Habitualmente lo hago en tránsito al trabajo, pero es que hoy el tránsito me ha llevado menos de un minuto. Y leyendo por encima las últimas diez o quince noticias que me da ofrece el agregador de noticias. La primera era una de JavaHispano: «JetBrains ofrece un descuento del fin del mundo…»

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Hace unos meses me vi medio involucrado en un proyecto, ya iniciado, con node.js [página oficial], que para quien no lo sepa es algo así como aplicar el antipatrón golden hammer («A un martillo todo son clavos&raquo), pero esta vez usando JavaScript como lenguaje de programación en el servidor. Así hay un único lenguaje, el que se ejecuta en el cliente (navegador) y el que se ejecuta en el servidor. Mi acercamiento (sufrido) fue bastante penoso. Andar con código ajeno resulta siempre un juego complicado, y más si no puedes depurar. Y, entre tú y yo, node.js apesta. Pero parece ser la moda, así que uno tiene que hacer todo lo posible por estar a la moda. Después de mucho buscar en Internet sobre cómo depurar el código node.js —juro que era incapaz de descubrir dónde estaba fallando aquello— llegué a un producto que supuso una maravillosa ayuda. Era el IDE para programación Web que vende JetBrains [página oficial]. Y, para el tiempo que tenía que estar involucrado, me valía con la versión de 30 días. Aunque al final, pasando con más pena que gloria, no aporté gran cosa al proyecto.

Pero esta gente tiene el que algunos compañeros javeros consideran el mejor IDE del universo conocido, y parte del desconocido: IntelliJ IDEA. Y como parece que por más que intento que no se fijen en mí, los jefes malignos abducidos por el universo (tenebroso del) Java —y en algún momento también las desviaciones del Groovy— siguen tirando de mí, he decidido invertir los 56 napos a los que han puesto la edición personal para celebrar que todos nuestros sufrimientos marianos tocan a su fin y, VISA en mano, la he encargado. De los 200 € que cuesta habitualmente, parece un buen descuento.

Por cierto, estos tipos son también los padres de ReSharper (una verdadera joya que todo netero debería poseer; aunque los últimos VisualStudio integran muchas utilidades de refactorización parecidas) y otras herramientas C#. Así que ya puestos, a la saca. Madre mía cuando mi mujer lea esto. La que me espera.

Ahora queda que llegue el correo con el número de licencia o el DVD con el software, porque no me ha quedado muy claro cómo me harán participar de este mundo de las licencias legales. Pero el daño ya está hecho. No sé si finalmente será el final de todo, pero lo que es a mí, poco a poco me voy autoempujando al abismo de la morosidad impenitente… Tranquilos, que tengo un plan para hacerme rico. ¿Cuánto era el sorteo de Navidad? Seguro que algo me toca, seguro. Tan solo falta salir a comprar un décimo.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.

Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔