Viejos tiempos para el jugador casual

Hoy domingo toca otra entrada en mi bitácora destinada a los jugadores casuales. En este caso para aquellos afortunados que poseyeron un magnífico e inigualable ZX Spectrum y quieran revivir momentáneamente aquellos tiempos. Como digo, estas entradas están orientadas a los jugadores casuales, que ven el jugar con ordenadores como algo sano a lo que no dedican más de una hora cada cierto tiempo. Sin embargo, si eres de los que viven para jugar o de los que necesitan reconocimiento social y solo lo encuentras en los mundos de fantasía al estilo World of Warcraft, dejándote horas y horas cada día para conseguir subir de nivel y, con ello, demostrarte que sirves para algo, entonces, si es así, esta serie de artículos no es para ti.

Sin embargo, echarte una partidita a algún juego clásico (y tanto), de aquellos que te hicieron fantasear de pequeño, es uno de los mejores remedios contra ese deseo que recorre tu cuerpo durante toda la semana. Recuerda que matar a tu jefe o a tu pareja está mal. Silenciar a tu suegra tal vez no lo esté tanto, pero tu pareja puede no tomárselo muy bien.

El Spectrum (fui de los elegidos que poseyó el fantástico cuarenta-y-ocho-kas-teclado-de-goma) me proporcionó grandiosos momentos en mi paso de niño a adolescente. Contra lo que mucha gente (y mucha más gentuza) sostiene, la copia de cintas de juegos era un aliciente para crear vínculos sociales con otros niños de mi condición. Sin el Spectrum (y luego resto de ordenadores) posiblemente no me hubiese aventurado fuera de mi barrio con tan poca edad para ir una o dos veces en semana a intercambiar juegos con mis amigos de otros sitios de Las Palmas. Si eres padre, eres de mi generación y tuviste la suerte de poseer un 8 bits (o un 16 bits como el Amiga o el Atari ST) sabrás de lo que te hablo. Así que piratéale la puñetera consola a tu hijo y déjale que vaya a cambiar juegos con sus amigos. Eso sin contar las de horas que pasamos juntos los amigos en casa aporreando las teclas a ver quién batía el record.

De aquella época recuerdo muchos juegos con especial cariño, y de vez en cuando echo una partidita a alguno. No solo para recordar viejos tiempo (los actuales son tan buenos o mejores), sino para mantener mis reflejos un poco en forma. Porque mira que había juegos jodidamente complicados.

Son muchos y muy variados, pero he hecho una pequeña lista con la que podrás pasar una horita entretenido (más tiempo ya cae en vicio), pasando de uno a otro. Los puedes conseguir en páginas como World of Spectrum, Spanish Spectrum Archive, The .TZX Vault o Spectrum Zone (de Computer Emuzone), por enumerar algunas. Como parece que la empresa conocida entonces como Ultimate Play The Game (ahora RARE) prohibe la distribución de sus juegos de entonces -como el Sabrewulf, el Underwurlde, el Jet Pac o el Knight Lore- he optado por jugar a los de Dinamic, juegos entre los que se encuentra el que fue mi favorito durante muchísimos años (incluso habiendo abandonado completamente el universo de los juegos), el Abu Simbel Profanation.

Para entretenerme un rato, hoy he elegido el juego Bugaboo, la pulga, posiblemente el primer juego de plataformas que cargó mi Spectrum; el Manic Miner, al que estuve enganchado mucho tiempo; el Babaliba y el ya mencionado Profanation.

Si eres usuario de Windows tienes a tu disposición muchísimos emuladores. Sin embargo, si tu caso es como el mío, que o usas la manzana mordida o usas Linux, la cantidad de emuladores posibles se reduce considerablemente. Para Leopard he encontrado dos que funcionan, el FUSE y el ZXSP. Como ventaja indiscutible del primero es que se traga cualquiera de los miles de formatos que hay por Internet (SNA, TZX, etc., etc.). Como grandísima pega le encuentro que o juegas a tamaño real (320 x 200), lo que supone quedarte ciego en un monitor de 1900x1200, o juegas a pantalla completa, con sprites que resultan bastante deformes y cuadriculados. En el ZXSP tienes más opciones para controlar el tamaño de la pantalla y del sonido, pero solo soporta los formatos SNA y Z80.

Otra cosa que debes tener en cuenta, si como yo no quieres pasarte una existencia jugando las mismas pantallas, es que con el FUSE puedes obtener un snapshot de donde te encuentres y volver a comenzarlo en otro de esos momentos en que el jugador casual que llevas dentro te llame. A ver si así consigues terminar el casi imposible Abu Simbel Profanation de una vez.

Para concluir, comentar que el Spectrum fue el ordenador con el que, contando 13 años, empecé a programar. Hice varios juegos en el BASIC integrado redefiniendo los caracteres de usuario para hacer los monigotes y las plataformas. Llegando a los 15 empecé a empollarme el lenguaje ensamblador del Z80, que poseía uno de los mejores juegos de instrucciones que recuerdo (sólo superado por el del 68000 de Motorola). Mejor que cualquiera de los de la época (que realmente el único diferente era el Commodore, porque tanto MSX como Amstrad también usaban el Z80).

Hala, venga, a jugar un ratito. Ya sabes que eso te hará mejor persona. O, tal vez en tu caso, evite que empeores, que ya es un logro.

Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

Es muy probable que el formato no haya quedado bien y/o que parte del contenido, como imágenes y vídeos, no sea visible. Asimismo los enlaces probablemente funcionen mal.

Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔