Tardes de sofá: la tercera novela de Mundodisco, 'Ritos iguales'

¿Qué? ¿Preparándote para escaquearte otro fin de semana más? Bueno, no te preocupes, que en este espacio te propongo, un viernes más, la forma ideal de pasar, sin pena ni gloria, otro sábado y otro domingo sin dar ni golpe ni mover un músculo con las labores domésticos que tanto tiempo llevas esquivando. Eso sí, nunca le hables a tu pareja de quién te da estas ideas. Ya hay mucha gente odiándome sobre la Tierra.

En esta ocasión vamos a posponer las series de televisión y vamos a intentar reavivar tu materia gris. La poca que te debe quedar a estas alturas. Ver tantas series y eludir con tanto ahínco las tareas domésticas embrutece. Mucho. Te lo digo yo, que lo sé de primera mano. Así que no está de más, un fin de semana de cada cuatro, cinco, seis o los que sean, que te arriesgues a sufrir un derrame cerebral esforzando tus neuronas con la lectura de un libro. El efecto debe ser similar al que se sufre cuando uno está estreñido pero quiere deshacerse, a toda costa y a riesgo de reventar las venas de la frente, de tan molesta y maloliente carga, por la vía del sobre esfuerzo esfinterrectal.

Hace ya unos cuantos meses comenzaba con la serie de libros de Mundodisco, narrativa hilarante y espléndida por obra y gracia de Terry Pratchett, comentando las dos primeras novelas de esta peculiar y extravagante mezcla de fantasía atípica con crítica satírica y mordaz. Así que, por eso de seguir el orden cronológico de publicaciones, que no necesariamente el orden de lectura, toca hablar de ‘Ritos iguales’, tercera novela de este particular universo y primera de la saga o trama argumental de las brujas. En realidad en singular, porque la única bruja que aparece en la novela es ‘Yaya’ Ceravieja, personaje imponente y autoritario que, de tratarse de una película, llenaría la pantalla con su sola presencia cada vez que apareciese. La más entrañable ‘Tata’ Ogg aparecerá en novelas posteriores.

Desgraciadamente habrá que esperar hasta que se forme el aquelarre completo para que las novelas de las brujas ganen en genialidad, pues esta novela es algo más floja que las dos primeras de la serie. Pese a que el comienzo es muy bueno, con las típicas meteduras de patas y equívocos característicos de esta serie, que crean el caldo de cultivo de los buenos momentos, decae rápidamente y, salvo por momentos puntuales que te obligan a reír a mandíbula batiente, la mayor parte del texto pasa sin pena ni gloria por delante de las retinas. Eso sí, no llega a resultar aburrido en (casi) ningún momento y, aún no siendo la mejor de las novelas de Mundodisco, sí que no está de más pasar unas horitas leyendo literatura ligera y entretenida. Reconozco que me lo pasé bien en que hace un guiño a la mecánica cuántica y a cómo la entiendes pero no sabrías explicarla.

En cualquier caso, y dado que la alternativa es ponerte a pasar la mopa por toda la casa, o tender los calzoncillos, que por otro lado buena falta hace ya, no desestimes la ocasión de volver a excusarte y tírate en el sillón a leer. Tu mente te lo agradecerá y tu pareja te odiará un poco más.

Recomendable por el simple hecho de formar parte de la serie Mundodisco. Y poco más.

Nota: He prestado mi ejemplar, así que he tenido que recurrir a la intesné para conseguir una reproducción aceptable. La encontré aquí.

Nota (19/sep/2010): Como suscriptor de la edición que sacó Altaya, recibí tres láminas con dibujos «extendidos» de sendas portadas de libros de la serie. Una de ellas se corresponde con ‘Ritos iguales’. Dado que me desharé de ellas consideré oportuno dejarla aquí escaneada para la posteridad. Aunque el dichoso escáner está empeñado por dentro.

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Esta entrada ha sido importada desde mi anterior blog: Píldoras para la egolatría

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Por último pedir diculpas por el contenido. Es de muy mala calidad y la mayoría de las entradas recuperadas no merecían serlo. Pero aquí está esta entrada como ejemplo de que no me resulta fácil deshacerme de lo que había escrito. De verdad que lo siento muchísimo si has llegado aquí de forma accidental y te has parado a leerlo. 😔